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8 de abril de 1920
Mi pequeño Bebé:
Al final, ayer no te escribí porque estuve muy indispuesto en casa, y hoy he tenido el disgusto y la desilusión de no verte, aunque estuviese en la puerta de la Librería Inglesa desde las diez hasta el mediodía y hasta más de las doce y media.
¿Acaso estás enferma, pequeño Bebé?
¡Mándame decir algo, por el amor de Dios!
Estoy escribiendo deprisa en el Café Arcada, para entregarle esta carta a Osorio. Ojalá lo encuentre.
Dame noticias tuyas, ¿sí?
Mil besos de tu, siempre muy tuyo,
Fernando