25
Lisboa, 4 de junio de 1920
Mi Bebé Nininha:
¿Qué les ha sucedido a tus nervios entre el principio y el fin de tu cartita? Empezaste bien y alegre, pero terminaste triste.
¿Fue que pensaste en la «esclava» perdida, o en aquel sueño, acerca de mí, con el que pareces haberte preocupado tanto? ¡No estés tan preocupada, Bebé mío, que a tu Nininho no le gusta!
Mañana, de Belem a Lisboa, se lo contarás todo a Ibis, ¿verdad? Y promete desde ahora (a ti misma, que yo, desgraciadamente, no estaré presente cuando recibas esta carta) que estarás de mejor humor.
Puede ser que hayan encontrado el brazalete en la tienda a la que fuiste. Pregunta allí hoy, o mañana si vienes a la Baixa.
¿Tu Nininho te pone nervioso [ric]? ¿[ilegible] el nervioso de qué, a pesar de todo, Nininho no tiene la culpa? ¿Estás nerviosa por querer, y sentir amor por Nininho? Ojalá fuese así.
Muchos besos, muchos, de tu,
Ibis