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Abel, 25 de septiembre de 1929
Excma. señora D.ª Ophélia Queiroz
Un abyecto y miserable individuo llamado Fernando Pessoa, mi personal y querido amigo, me encargó comunicar a VE. —considerando que el estado mental de él le impide comunicar cualquier cosa, incluso a un guisante seco (ejemplo de obediencia y disciplina)— que a VE. le está prohibido:
- pesar menos gramos
- comer poco
- no dormir nada
- tener fiebre
- pensar en el susodicho individuo
Por mi parte, como íntimo y sincero amigo que soy del maleante de cuya comunicación (con sacrificio) me encargo, aconsejo a VE. tomar la imagen mental que quizá se haya formado del individuo cuya cita está estropeando este papel razonablemente blanco, y echar esa imagen mental por el desagüe del fregadero, por ser materialmente imposible dar tal justo destino a esa entidad fingidamente humana, a quien, por cierto le competería si hubiese justicia en el mundo.
Saluda a VE.
Álvaro de Campos
Ingeniero naval