capítulo 9). La formación también puede ayudar a los participantes tanto en las relaciones de tutoría asignadas formalmente como en las que se han creado de manera natural, y asimismo puede asistir a los individuos a reconocer el valor de entablar relaciones con el propósito de aprender y desarrollarse (véanse también Phillips-Jones, 1993; Kram y Hall, 1996). Tanto introducidos junto con un programa de tutoría formal, como formando parte de un programa de desarrollo profesional, o de diversas iniciativas, esos foros pueden ayudar a los individuos a desarrollar las habilidades de valoración de uno mismo y de automotivación necesarias para discernir mejor las oportunidades de entablar alianzas de desarrollo dentro del propio grupo de trabajo y fuera de él. Además de concentrarse en las competencias personales, ese tipo de formación puede diseñarse con el fin de fomentar la conciencia social y las habilidades sociales, que permiten que los individuos empiecen a construir una red de relaciones que apoye un aprendizaje continuo.
En los últimos años se han presentado diversas prácticas de desarrollo que podrían contribuir al aprendizaje social y emocional (véase