Corrió hacia la ventana gritando "¡Ábrete!" tan fuerte, que la habitación no entendió, y
Khan tuvo que repetir la orden en voz normal. La luz de Lucifer debió de haber entrado a raudales, pintando en el piso esos diseños que tanto fascinaban a los visitantes de la Tierra, porque nunca se desplazaban ni una fracción de milímetro siquiera, no importaba cuánto esperaran...
Aquel invariante haz de luz ya no estaba ahí. Mientras Khan contemplaba, sin poder dar crédito a sus ojos, a través de la enorme burbuja transparente de la cúpula de Anubis, vio un cielo que Ganimedes no había conocido durante mil años: una vez más estaba radiante de estrellas; Lucifer había desaparecido. Y fue entonces, mientras exploraba las constelaciones olvidadas, cuando Kahn se dio cuenta de algo todavía más aterrador: donde debió estar Lucifer, había un disco diminuto de absoluta negrura, que eclipsaba las estrellas desconocidas. "Hay solamente una explicación posible", se dijo Khan, aturdido: "a Lucifer lo tragó un
agujero negro... y después podría tocarnos a nosotros." En el balcón del hotel Granomedes, Poole observaba el mismo espectáculo, pero con emociones más complejas. Aun antes de la alarma general, su seccom lo había despertado con un mensaje de Halman:
—Está empezando. Hemos infectado al monolito, pero uno de los virus, quizá varios de ellos, penetraron en nuestros propios circuitos. No sabemos si podremos utilizar la tableta de memoria que nos dieron. Si tenemos éxito, nos encontraremos con ustedes en Tsienville.
Después llegaron las sorprendentes, y extrañamente conmovedoras, palabras cuyo contenido emocional exacto iba a ser debatido durante generaciones: "Si no conseguimos descargar, recuérdennos." Desde la habitación que estaba detrás de la suya, Poole oyó la voz del alcalde, que hacía lo más que podía para tranquilizar a los ahora insomnes ciudadanos de Anubis. Aunque abrió su alocución con la más aterradora de las declaraciones oficiales: "No hay motivo de alarma", el alcalde tenía palabras de alivio en realidad: —No sabemos qué está ocurriendo... ¡pero Lucifer sigue brillando como siempre! Repito: Lucifer sigue brillando. Acabamos de recibir noticias del trasbordador interorbital Alcyone, que partió hacia Calisto hace media hora. He aquí lo que se ve:...
Poole dejó el balcón y corrió a su habitación, justo a tiempo para ver el tranquilizador brillo de Lucifer en la videopantalla.
—Lo que ocurrió —proseguía el alcalde, sin aliento— es que algo produjo un eclipse temporario... Haremos un acercamiento para mirarlo... Observatorio de Calisto, adelante por favor...
"¿Cómo sabe que es 'temporario'?", pensó Poole, mientras esperaba que la imagen siguiente apareciera en la pantalla.
Lucifer se desvaneció, para ser reemplazado por un campo de estrellas. Al mismo tiempo, el alcalde salió de trasmisión y otra voz se hizo cargo: —... telescopio de dos metros, pero casi cualquier instrumento servirá. Es un disco de material absolutamente negro, de poco más de diez mil kilómetros de diámetro, tan delgado que no exhibe un espesor visible. Y está situado con exactitud, es evidente que con toda intención, de modo de impedir el ingreso de luz alguna en Ganimedes. "Haremos un acercamiento para ver si muestra algún detalle, aunque me inclino por dudarlo...
Desde el punto de vista de Calisto, el disco ocultante se había escorzado hasta adquirir la forma de óvalo, el doble de largo que de ancho. Se expandió hasta llenar por completo la pantalla. De ahí en adelante fue imposible reconocer si se estaba haciendo un acercamiento de la imagen, ya que no mostraba la menor estructura. —Tal como pensé, no hay nada para ver. Tomemos una imagen panorámica por sobre el borde de esta cosa...