—Sí. Siempre pensé que era la teoría
más plausible.
—Vayamos ahora a la parte más especulativa: a Bowman aparentemente lo engulló Hermano Mayor; aun así, algo de su personalidad parece haber sobrevivido. Veinte años después de ese encuentro con Heywood Floyd, en la segunda expedición a Júpiter, tuvieron otro contacto a bordo de la Universe, cuando Floyd se incorporó a ella para el descenso en el cometa Halley. Por lo menos, eso es lo que Floyd nos relata en sus memorias... aunque había pasado largamente la centena cuando las dictó. —Pudo haber estado senil.
—¡No según todas las narraciones contemporáneas! Asimismo, y quizás esto sea aún más importante, su nieto Chris tuvo algunas experiencias igualmente sobrenaturales cuando la Galaxy hizo su descenso forzoso en Europa. ¡Y, claro está, es ahí donde el Monolito, o un monolito, está en este preciso momento! Rodeado por europanos... —Estoy empezando a ver hacia adonde apunta el doctor Ted: aquí donde entramos nosotros... todo el ciclo está empezando otra vez. A los europos se los está acicalando para el estréllate.
—Exacto; todo encaja. Júpiter entró en ignición para darles un sol que descongele su gélido mundo. La advertencia para que nosotros nos mantengamos a distancia... presuntamente para que no interfiramos en su evolución... —¿Dónde oí esa idea antes...? ¡Pero claro, Frank: se remonta a mil años atrás, a tu propia época! ¡"El Mandato Primordial"! Todavía nos desternillamos de risa con esos antiguos programas de Viaje a las Estrellas. —¿Te conté que una vez conocí a algunos de los actores? Estarían sorprendidos al
verme ahora... Y siempre pensé dos cosas respecto de esa norma de no interferencia. El monolito ciertamente la violó con nosotros, allá en África. Se podría argüir que tuvo resultados desastrosos...
—Así que mejor suerte la próxima vez... en el satélite Europa. Poole rió, pero sin demasiado humor.
—Son las palabras exactas que usó Khan.
—¿Y qué cree él que debemos hacer al respecto? Y sobre todo, ¿en qué parte de todo esto intervienes tú?
—En primer lugar, debemos averiguar qué está pasando realmente en Europa... y por qué. Observarlo desde el espacio no es suficiente. —¿Qué otra cosa podemos hacer? A todas las sondas que los ganimedeanos enviaron se las hizo estallar, justo antes de descender. —Y a partir de la misión para rescatar la Galaxy, a las naves con tripulación humana las desviaba alguna clase de campo de fuerza, al que nadie puede explicar. Muy interesante: eso prueba que quienquiera que esté ahí abajo es protector, pero no malévolo y, y esto es lo importante, debe de contar con algún tipo de sistema explorador que se interpone en el camino: puede distinguir entre robots y seres humanos. —Más que lo que puedo hacer yo a veces. Prosigue. —Pues bien, Ted cree que existe un ser humano que podría alcanzar la superficie de Europa, debido a que su antiguo amigo está ahí y puede tener alguna influencia sobre las autoridades establecidas.
El capitán Dimitri Chandler emitió un silbido largo y débil. —¿Y estás dispuesto a correr el riesgo?
—Sí, ¿qué puedo perder?
—Un valioso trasbordador, si sé lo que estás pensando. ¿Es por eso que estuviste aprendiendo a volar el Falcon?
—Bueno, ahora que lo mencionas... sí, la idea me pasó por la cabeza. —Tendré que meditarlo. Admito que estoy interesado, pero hay muchos problemas. —Conociéndote, estoy seguro de que no serán un obstáculo... una vez que te hayas decidido a ayudarme.
—Vayamos ahora a la parte más especulativa: a Bowman aparentemente lo engulló Hermano Mayor; aun así, algo de su personalidad parece haber sobrevivido. Veinte años después de ese encuentro con Heywood Floyd, en la segunda expedición a Júpiter, tuvieron otro contacto a bordo de la Universe, cuando Floyd se incorporó a ella para el descenso en el cometa Halley. Por lo menos, eso es lo que Floyd nos relata en sus memorias... aunque había pasado largamente la centena cuando las dictó. —Pudo haber estado senil.
—¡No según todas las narraciones contemporáneas! Asimismo, y quizás esto sea aún más importante, su nieto Chris tuvo algunas experiencias igualmente sobrenaturales cuando la Galaxy hizo su descenso forzoso en Europa. ¡Y, claro está, es ahí donde el Monolito, o un monolito, está en este preciso momento! Rodeado por europanos... —Estoy empezando a ver hacia adonde apunta el doctor Ted: aquí donde entramos nosotros... todo el ciclo está empezando otra vez. A los europos se los está acicalando para el estréllate.
—Exacto; todo encaja. Júpiter entró en ignición para darles un sol que descongele su gélido mundo. La advertencia para que nosotros nos mantengamos a distancia... presuntamente para que no interfiramos en su evolución... —¿Dónde oí esa idea antes...? ¡Pero claro, Frank: se remonta a mil años atrás, a tu propia época! ¡"El Mandato Primordial"! Todavía nos desternillamos de risa con esos antiguos programas de Viaje a las Estrellas. —¿Te conté que una vez conocí a algunos de los actores? Estarían sorprendidos al
verme ahora... Y siempre pensé dos cosas respecto de esa norma de no interferencia. El monolito ciertamente la violó con nosotros, allá en África. Se podría argüir que tuvo resultados desastrosos...
—Así que mejor suerte la próxima vez... en el satélite Europa. Poole rió, pero sin demasiado humor.
—Son las palabras exactas que usó Khan.
—¿Y qué cree él que debemos hacer al respecto? Y sobre todo, ¿en qué parte de todo esto intervienes tú?
—En primer lugar, debemos averiguar qué está pasando realmente en Europa... y por qué. Observarlo desde el espacio no es suficiente. —¿Qué otra cosa podemos hacer? A todas las sondas que los ganimedeanos enviaron se las hizo estallar, justo antes de descender. —Y a partir de la misión para rescatar la Galaxy, a las naves con tripulación humana las desviaba alguna clase de campo de fuerza, al que nadie puede explicar. Muy interesante: eso prueba que quienquiera que esté ahí abajo es protector, pero no malévolo y, y esto es lo importante, debe de contar con algún tipo de sistema explorador que se interpone en el camino: puede distinguir entre robots y seres humanos. —Más que lo que puedo hacer yo a veces. Prosigue. —Pues bien, Ted cree que existe un ser humano que podría alcanzar la superficie de Europa, debido a que su antiguo amigo está ahí y puede tener alguna influencia sobre las autoridades establecidas.
El capitán Dimitri Chandler emitió un silbido largo y débil. —¿Y estás dispuesto a correr el riesgo?
—Sí, ¿qué puedo perder?
—Un valioso trasbordador, si sé lo que estás pensando. ¿Es por eso que estuviste aprendiendo a volar el Falcon?
—Bueno, ahora que lo mencionas... sí, la idea me pasó por la cabeza. —Tendré que meditarlo. Admito que estoy interesado, pero hay muchos problemas. —Conociéndote, estoy seguro de que no serán un obstáculo... una vez que te hayas decidido a ayudarme.