Con frecuencia se ponía en contacto con Theodore Khan, tan activo y áspero como
siempre y, ahora, representante de la Comisión Europa en Ganimedes. Ya desde el momento mismo en que Poole retornó a la Tierra, Khan trataba, en vano, de abrir un canal de comunicación con Bowman. No podía entender por qué largas listas de preguntas importantes sobre temas de interés vital para la filosofía y la historia ni siquiera recibían el más mínimo reconocimiento de haber sido recibidas. —¿El monolito mantiene a su amigo Halman tan ocupado que no puede hablar conmigo? —se quejaba a Poole—. ¿Qué hace con su tiempo, en todo caso? Era una pregunta muy razonable y la respuesta llegó, del mismo Bowman, como un relámpago en un cielo sin nubes... en forma de llamada videofónica perfectamente común y corriente.
33 - Contacto
—Hola, Frank. Habla Dave. Tengo un mensaje muy importante para ti. Doy por sentado que ahora estás en tu suite de la Torre África. Si es así, por favor identifícate dando el nombre de nuestro instructor de mecánica orbital. Aguardaré sesenta segundos y, si no hay respuesta, volveré a intentar dentro de una hora exacta. Ese minuto apenas si fue lo suficientemente largo como para que Poole se recuperase de la conmoción. Sintió un breve acceso de deleite, así como de asombro, antes de que predominara otra emoción: contento como estaba de volver a oír a Bowman, esa frase "un mensaje muy importante" sonaba claramente ominoso. "Por lo menos fue una suerte", se dijo Poole, "que me haya llamado por uno de los pocos nombres que puedo recordar." Sin embargo, ¿quién podría olvidar a un escocés con un dejo tan fuerte de Glasgow, que dominarlo les había tomado una semana? Pero había sido un brillante expositor... una vez que se entendía lo que estaba diciendo. —Doctor Gregory McVitty.
—Aceptado. Ahora conecta el receptor de tu casquete cerebral, por favor. Descargar el mensaje tardará tres minutos. No intentes vigilarlo: estoy usando compresión de diez a uno. Esperaré dos minutos antes de empezar. "¿Cómo se las arregla para hacer esto?", se preguntó Poole. Júpiter / Lucifer ahora estaba a cincuenta minutos luz de distancia, así que el mensaje debía de haber partido hacía casi una hora. Debió de haberlo enviado con un agente con inteligencia en un paquete adecuadamente dirigido en el haz Ganimedes-Tierra, pero habría sido una proeza trivial para Halman, con los recursos que aparentemente podía aprovechar dentro del monolito.
La luz indicadora del casquete cerebral estaba titilando: estaba llegando el mensaje. Con la compresión que Halman estaba empleando, a Poole le tomaría media hora absorber el mensaje en tiempo real. Pero sólo necesitó diez minutos para saber que su estilo pacífico de vida había llegado a un brusco final. 34 - Dictamen
En un mundo de comunicación universal e instantánea era muy difícil conservar secretos. Poole decidió de inmediato que era una cuestión para una discusión cara a cara.
La Comisión Europa había refunfuñado, pero todos sus miembros estaban reunidos en el departamento de Poole. Había siete de ellos, el número de la suerte, indudablemente sugerido por las fases de la Luna, que siempre fascinaba a la humanidad. Era la primera vez que Poole se reunía con tres de los miembros de la Comisión, aunque entonces los conocía a todos de manera más completa que lo que le habría sido posible en toda una vida antes que existiera el casquete cerebral.