Respuesta a un saludo del primero de mayo[422]
4 de mayo de 1932
A Osvoboshdenie
Estimados camaradas:
Recibí su telegrama de saludo del 1.º de Mayo. ¡Muchas gracias! Por casualidad, junto con él me llegó un telegrama de la Unión Soviética, de los exiliados en Siberia.
Recibo regularmente Osvoboshdenie. En este momento tengo en las manos el número 5. El periódico produce una impresión de vida, y estoy seguro de que éste debe ser el sentimiento de todos los elementos reflexivos e independientes de la vanguardia proletaria.
Las elecciones prusianas fueron una prueba cruel para la política de la burocracia stalinista. Los resultados de las elecciones francesas auguran lo mismo[423]. ¡Un golpe duro! Pero, como sucedió no pocas veces en la historia, las derrotas estimularan el pensamiento crítico. Esto explica la furia de la burocracia stalinista. Ayer recibí una carta de los camaradas de Danzing en la que me refieren que funcionarios del aparato stalinista, a la cabeza de un grupo de choque, irrumpieron en un local donde se iba a celebrar una reunión pública de la Oposición y efectuaron un pogromo, al estilo de las bandas paramilitares fascistas. La reunión se deshizo. Pero al día siguiente el secretario de la organización local de obreros jóvenes, junto con otros diez compañeros, ingresó a nuestra organización de Danzing. ¡Un síntoma muy importante y promisorio!
Cuanto más furiosa se ponga la burocracia stalinista, más tenacidad y autocontrol necesitará la Oposición de Izquierda. Les demostraremos a los obreros jóvenes que las amenazas no nos dispersarán ni nos asustará la violencia. Nos ganaremos la confianza de la base del movimiento con la claridad y coherencia de nuestra política clasista.
No dudo de que también los bolcheviques leninistas rusos, incluso los que están en la cárcel y en el exilio, sufrirán las consecuencias de la reacción provocada por el trabajo y los éxitos de la Oposición de Izquierda Internacional. Sus nombres, y sobre todo el de C. G. Rakovski, me dan valor, y trasmito mis más calurosos y fraternales saludos a Osvobozdenie y a todos los camaradas búlgaros.
Suyo,
L. Trotsky