La polémica interna y la prensa del partido[335]
5 de enero de 1932
Al Comité Nacional de la Liga Comunista de Norteamérica
Estimados camaradas:
En el número 36 de The Militant, que me llegó hace poco encuentro un artículo de Francia sobre el congreso de la CGTU[336] firmado por Félix. Es muy posible que el artículo se haya publicado de manera puramente accidental, sin que el Consejo de Redacción haya tenido la posibilidad de diferenciar los puntos correctos de las insinuaciones veladas. Sin embargo, —es preciso plantearlo abiertamente— temo que ha sido el camarada Shachtman[337] quien publicó el articulo. Si me equivoco, tanto mejor. Si no, el asunto se complica al máximo. El artículo está dirigido contra el grupo dirigente de la Liga Francesa, no clara y abiertamente sino a través de insinuaciones e ironías. Esto encaja totalmente con la modalidad del autor. En la medida en que pude observar al camarada Félix, primero con Paz[338], con el que actuaba como hombre de choque contra nosotros, luego en la Liga, donde cambió sus posiciones pero no su manera de pelear —que desgraciadamente no es la mejor— me parece un tipo similar a Weisbord[339], sobre todo por su crítica totalmente estéril y espuria, su tendencia constante a nombrarse a sí mismo, etcétera.
El camarada Félix tiene una posición propia sobre el problema sindical de Francia, contraria a la posición oficial de la Liga. Naturalmente, The Militant, como cualquier otro periódico, tiene derecho a permitir que se expresen también las posiciones minoritarias. Pero hay que hacerlo abierta y claramente. Félix tendría que haber planteado con franqueza, en nombre de una minoría determinada, contra qué tendencia de la Liga está polemizando. No creo que lo haya señalado. Tal vez sería mejor que esta polémica se publique en el Boletín Interno, pero siempre que se la lleve a cabo, como ya lo dije, de manera totalmente clara, franca y precisa. De ese modo la polémica podría contribuir en algo a la educación de nuestros cuadros. En su actual estilo espurio, casi podría decir subrepticio, sólo sirve a los fines de la intriga internacional.
Me alegraría mucho que todo el asunto fuera puya mente casual y no tuviera ninguna relación con el camarada Shachtman, pues en caso contrarío solamente acentuaría el descontento que él ha provocado contra sí mismo en los mejores elementos de la Oposición de Francia, Alemania y también de aquí, Kadikoy[340]. Lo que acrecienta mi preocupación es el hecho de que el camarada Shachtman no haya respondido a mis cartas y advertencias y las de mis amigos más cercanos y también que el camarada Glotzer[341], que me prometió llamar un poco al orden al camarada Shachtman, no diga una sola palabra sobre el problema. Me dio la impresión de que tanto Shachtman como Glotzer estaban influidos por el pequeño Grupo Judío[342] de París y sobrestimaban totalmente las perspectivas del movimiento oposicionista en Europa.
En una palabra, ¡es absolutamente necesario que ustedes aclaren la situación!
Con mis más sinceros saludos comunistas,
L. Trotsky