MUERTE DE CARLOS X.
ESTANDO en Praga en 1833, me dijo Carlos X: «¿Vive todavía ese viejo Talleyrand?» Y Carlos X dejó de existir dos años antes que Mr. de Talleyrand: la muerte privada y cristiana del monarca contrasta con la muerte pública del obispo apóstata, compareciendo rebelde a los pies de la incorruptibilidad divina.
El 3 de octubre de 1836 había escrito a Mad. la duquesa de Berry la siguiente carta, añadiendo en ella una posdata el 15 de noviembre del mismo año.
«Señora:
«Mr. Walsh me ha entregado la carta con la que habéis tenido a bien honrarme. Estaría pronto a obedecer a V. A. R. si los escritos tuviesen hoy alguna fuerza, pero la opinión ha caído en tal apatía que los más grandes sucesos apenas podrían levantarla. Me habéis permitido, señora, hablaros con una franqueza que solo mi adhesión podría excusarla: V. A. R. lo sabe; me he opuesto a casi todo lo que se ha hecho y aun me atreví a no ser del parecer respecto de vuestro viaje a Praga. Enrique V sale ahora de la infancia, para entrar en seguida en el mundo con una educación que no se conforma al siglo en que vivimos. ¿Quién será su guía? ¿Quién le enseñará las cortes y los hombres? ¿Quién le dará a conocer y cómo aparecerá de lejos a la Francia? Cuestiones importantes que verosímil y desgraciadamente serán resueltas en sentido que no lo fueron las demás. Como quiera que sea, el resto de mi vida pertenece a mi joven rey y a su augusta madre. Mis previsiones sobre el porvenir no me harán jamás infiel a mis deberes.
«Mad. de Chateaubriand pide el permiso de ponerse a los pies de V. A. R. Ofrezco al cielo todas mis súplicas por la gloria y prosperidad de la madre de Enrique V, y soy con el más profundo respeto y adhesión.
Señora,
«De V. A. R. el más humilde y más obediente servidor
«Chateaubriand.»
«P. S. Esta carta aguardaba hace un mes ocasión favorable de llegar a vuestras manos. Acabo de saber la muerte del augusto abuelo de Enrique. ¿Esta triste noticia traerá algún cambio en el destino de V. A. R? Me atrevería señora a suplicaros me permitieseis participar de los sentimientos de dolor que debéis experimentar, y ofrecer el tributo respetuoso de mi dolor al señor delfín y a su esposa.
«Chateaubriand.»
15 de noviembre.
Carlos X no existe ya.
Soixante ans de malheurs ont paré la victime!