14

Montagne visitó al Tasso reducido a este estreno de desgracias, y no le manifestó compasión alguna. En la misma época, Camoens terminaba su vida en un hospicio de Lisboa: ¿quién le consolaba muriendo en un miserable lecho? Los versos del prisionero de Ferrara. El autor cautivo de La Jerusalén, admirando al autor pordiosero de Las Luisiadas, Decía a Vasco de Gama. «Regocíjate de ser cantado por el poeta que tanto desplegó su vuelo glorioso, que tus veleras naves no le alcanzarán:

Tant'oltre stende il glorioso volo

Che i tuoi spalmatti legni andar men lungo.»

De esta manera resonaba la voz del Eridano en las orillas del Tajo; así a través de los mares se felicitaban de un hospital a otro para oprobio de la especie humana, dos ilustres perseguidos del mismo talento y del mismo destino.

¡Cuántos reyes, grandes y necios, hoy reunido en el olvido, creyéndose al fin del siglo XVI personajes dignos de memoria, ignoraban hasta los nombres del Tasso y de Camoens! «En 1751 se leyó por primera vez el nombre de Washington en la narración de un oscuro combate empeñado en los bosques entre una tropa de franceses, ingleses y salvajes: ¿qué dependiente de Versalles, o qué proveedor del Parque de los Ciervos, qué cortesano, sobre todo, o académico, hubiera querido cambiar su nombre en esta época por el de aquel plantador americano? 15»

Ferrara, 18 de septiembre de 1833.

La envidia se había apresurado a esparcir su veneno sobre las llagas abiertas. La academia de la Crusca declaró: «Que la Jerusalén libertada era una pesada fría recopilación, de un estilo oscuro y desigual, licua de versos ridículos, de palabras atroces, no supliendo con ninguna belleza sus innumerables defectos.» El fanatismo en favor del Ariosto había dictado este fallo: pero el grito de la admiración popular ahogó las blasfemias académicas, y no le fue posible al duque Alfonso prolongar la cautividad de un hombre que no tenía más delito que el de haberle cantado. El papa reclamó la libertad del honor de la Italia.

Fuera de la prisión el Tasso no fue ya feliz. Leonor había muerto. Viajó errante de ciudad en ciudad acompañado de sus pesares. En Loreto, próximo a morir de hambre, se vio en el duro trance, dice uno de sus biógrafos, «de alargar como mendigo la mano que había construido el palacio de Armida.» En Nápoles experimentó algunos dulces sentimientos de patria. «He aquí, decía, los lugares de donde salí niño. Después de tantos años vuelvo encanecido y enfermo a mi playa natal.»

E donde...

Partii fauciullo, or dopo tanti lustri

Torno...

Canuto ed egro alle native sponde.

Prefirió a suntuosas habitaciónes una celda en el convento de Montoliveto. En un viaje que hizo a Roma, y habiéndole acometido la fiebre, un hospital fue otra vez su refugio.

De Roma y de Florencia volvió a Nápoles quejándose de sus males en su poema inmortal que retocó y echó a perder. Empezó sus cantos delle sette giornate del mondo creato, asunto tratado por Du Bartas. El Tasso hace salir a Eva del seno de Adán, mientras que Dios adormecía con apacible sueño los miembros de nuestro primer padre.

Ed irrigó di placida quiete

Tutte le membra al sonnachioso.....

El poeta suavizó la imagen bíblica, y en las dulces creaciones de su lira, la mujer no es sino el primer ensueño del hombre. El sentimiento de dejar sin concluir un trabajo piadoso que miraba como un himno expiatorio, determino al Tasso moribundo a destruir sus cantos profanos.

Menos respetado de la sociedad que de los ladrones, el poeta recibió de Marco Sciarra, famoso jefe de condottieri, la oferta de una escolta para conducirle a Roma. Presentado en el Vaticano, el papa le dirigió estas palabras: «Torcuato, vos honraréis esta corona que honró a los que la han llevado antes que vos.» Elogio que la posteridad ha confirmado. El Tasso contestaba a los elogios repitiendo este verso de Séneca:

Magnifica verba mors prope admota excutit

Memorias de ultratumba Tomo V
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002_split_000.xhtml
sec_0002_split_001.xhtml
sec_0002_split_002.xhtml
sec_0002_split_003.xhtml
sec_0002_split_004.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007_split_000.xhtml
sec_0007_split_001.xhtml
sec_0007_split_002.xhtml
sec_0007_split_003.xhtml
sec_0007_split_004.xhtml
sec_0007_split_005.xhtml
sec_0007_split_006.xhtml
sec_0007_split_007.xhtml
sec_0007_split_008.xhtml
sec_0008_split_000.xhtml
sec_0008_split_001.xhtml
sec_0008_split_002.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010_split_000.xhtml
sec_0010_split_001.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015_split_000.xhtml
sec_0015_split_001.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_000.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_001.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_002.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_003.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_004.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_005.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_006.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_007.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_008.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_009.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_010.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_011.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_012.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_013.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_014.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_015.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_016.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_017.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_018.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_019.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_020.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_021.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_022.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_023.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_024.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_025.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_026.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_027.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_028.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_029.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_030.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_031.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_032.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_033.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_034.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_035.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_036.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_037.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_038.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_039.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_040.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_041.xhtml