11 ¡Oh! sonrieme como cuando nuestros amores estaban on su primavera
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Condúceme a algún desierto inmenso, salvaje, estéril como nuestras desgracias, donde mi alma pueda respirar, donde pueda decir a gritos a los cielos y a los atentos astros, de qué ilimitadas riquezas está cargado mi seno; en donde pueda tender mis impacientes brazos alrededor de ti, dar paso al amor con besos que aviven la alegría y den salida a todo el fuego que hay en mi corazón.<<