13.
Lord Byron compuso un poema de las Lamentaciones del Tasso; pero no pudo prescindir de sí mismo y se sustituye en todas partes a los personajes que pone en escena; como su genio carece de ternura, sus Lamentaciones no son sino imprecaciones.
El Tasso dirigió al consejo de los antiguos de Bérgamo, la siguiente súplica:
«Torcuato Tasso, bergamesco, no solo por origen, sino por afecto, que ha perdido la herencia de su padre y la dote de su madre..., y que, (a pesar del cautiverio de tantos años y los trabajos de largo tiempo), jamás ha perdido en medio de tantas miserias la fe que tiene en esta ciudad (Bérgamo), se atreve a pedirle su protección para que ruegue al duque de Ferrara, en otro tiempo mi protector y mi bienhechor, me devuelva a mi patria, a mis parientes y a mí mismo. El infortunado Tasso suplica a vuestras señorías (los magistrados de Bérgamo), envíen a monseñor Lacini, u otro cualquiera, para negociar mi libertad. El recuerdo de este beneficio no concluirá sino con mi vida. Di VV. SS. affezionatisimo servidore; Torcuatto Tasso, prigione et infermo nell ospedal di Sant'Anna in Ferrara.»
Prohibieron al Tasso tintero, plumas y papel. Había cantado al magnánimo Alphonso, y el magnánimo Alfonso sumergía en el fondo de un hospital de dementes a aquel que esparció sobre su cabeza ingrata un brillo imperecedero. En un soneto lleno de gracia el prisionero suplica a una gata le preste la brillantez de sus ojos para reemplazar la luz de que le han privado: chanza inofensiva que prueba la mansedumbre del poeta y el exceso de su miseria.
«Como sobre el Océano que infesta y oscurece la tempestad... el piloto fatigado levanta la cabeza durante la noche hacia las estrellas con que el polo resplandezca; así hago yo ¡oh bella gata! en mi adversa fortuna. Tus ojos me parecen dos estrellas que brillan delante de mí
¡Oh gata, lámpara de mis vigilias! ¡Oh gata querida. Si Dios te preserva de una paliza, si el cielo le alimenta coto carne y leche, dame luz para escribir estos versos:
«Fatemi luce a scriver queste carmi.»
Por la noche el Tasso se figuraba oír ruidos estrafios, sonidos de campanas fúnebres y espectros q.ue le atormentaban. «¡No puedo mas, escíámaba.yomuero!» Atacado de una grave enfermedad creyó ver a la Virgen salvándole por milagro.
Egro io languiva, e d'alto sonno awinto
Giacea con guancia di pallor dipento,
Quando di luce incoronata.
María pronta scendeste al mío dolore