VEINTE

Escribí algunas formas de odiar a Toby. Quería estar preparada. No quería presentarme como una tontaina llorica. Quería ser dura. Quería ser capaz de poner los puntos sobre las íes.

1) Recuerda que es el que provocó la muerte de Finn. Quizá, a propósito.

2) Recuerda que es el que envió el cuadro, NUESTRO retrato, al periódico sin pedir permiso, aunque es nuestro y no suyo.

3) Recuerda que solo alguien muy siniestro enviaría cartas a una niña de catorce años y le pediría que no se lo contara a sus padres.

Miré la lista, pero no logré que funcionara. Por lo visto, no podía odiar a aquel tipo. Finn no odiaba a Toby. Es probable incluso que Finn hubiera amado a Toby. Y Toby era seguramente la última persona que había hablado con mi tío en este mundo, el último que lo había visto con vida. Así que añadí esto:

4) Toby fue el último en hablar con Finn. Toby fue el último que le dio la mano. El último que lo abrazó. No fui yo. Fue Toby.

Entonces fue cuando la lista empezó a funcionar. Yo quería ser la última. No un inglés larguirucho con voz acuosa.