Capítulo XVII. Cómo Diego Velázquez envió a España para que Su Majestad le diese licencia para rescatar y conquistar y poblar y repartir la tierra desque estuviese de paz
Aunque les paresca a los letores que va fuera de nuestra relación esto que yo traigo aquí a la memoria antes que entre en lo del valeroso y esforzado capitán Cortés, conviene que se diga, por las causas que adelante verán, y también porque en un tiempo acaecen dos y tres cosas y por fuerza hemos de hablar en la que más viene al propósito. Y el caso es que, como ya he declarado, cuando llegó el capitán Pedro de Alvarado a Santiago de Cuba con el oro que hubimos de las tierras que descubrimos, y el Diego Velázquez temió que primero que él hiciese relación dello a Su Majestad que algún caballero privado en corte le hurtaría la bendición y le diría a Su Majestad, y a esta causa, envió un su capellán que, se decía Benito Martín, hombre de negocios, a Castilla, con probanzas y cartas para don Juan Rodríguez de Fonseca, obispo de Burgos y arzobispo de Rosano, que ansí se nombraba, y para el licenciado Luis Zapata, y para el secretario Lope de Conchillos, que en aquella sazón entendían en las cosas de Indias, y el Diego Velázquez les era gran servidor, en especial del mesmo obispo, y les dio pueblos de indios en la mesma isla de Cuba, que les sacaban oro de las minas; y hacían mucho por las cosas del Diego Velázquez.
Y en aquella sazón estaba Su Majestad en Flandes, y aun les envió a aquellos caballeros por mi memorados joyas de oro de las que habíamos rescatado, y no se hacia otra cosa en el Real Consejo de Indias sino lo que aquellos señores mandaban. Y lo que enviaba a negociar el Velázquez era que le diesen licencia para rescatar y conquistar y poblar en todo lo que había descubierto y en lo que más descubriese, y decía en sus relaciones y cartas que había gastado muchos miles de pesos de oro en el descubrimiento. Y el Benito Martín que envió fue a Castilla y negoció todo lo que pidió y aun más cumplidamente, porque trujo provisión para que el Diego Velázquez que fuese adelantado de Cuba. Pues ya negociado lo aquí por mí ya dicho, no vinieron tan presto los despachos que no saliese primero el valeroso Cortés con otra armada. Y quedarse ha aquí ansí los despachos del Benito Martín como el armada del capitán Cortés.
Y diré cómo estando escribiendo esta relación vi las corónicas de los coronistas Francisco López de Gómara y las del doctor Illescas y las del Jovio, que hablan en las conquistas de la Nueva España, y lo que sobre ello me paresciere declarar, adonde hobiere contradicción, y lo proporné clara y verdaderamente, y va muy diferente de lo que han escrito los coronistas ya por mi nombrados.