CAGA EL REY, CAGA EL PAPA Y DE CAGAR NADIE SE ESCAPA
El 28 de octubre de 1958, tras la muerte de Pío XII, se eligió Papa al cardenal Angelo Roncalli y tomó el nombre de Juan XXIII, el Papa Bueno. Hasta aquí nada anormal, pero algunas fuentes hablan de que no fue el único Papa elegido en ese cónclave… ¿Hubo otro? Se cuenta, incluso hay documentos gráficos que lo atestiguan, que el 26 de octubre de 1958 el humo que salió de la chimenea de la Capilla Sixtina era blanco. Esto implicaría que Habemus papam. Pero el elegido, el cardenal Giuseppe Siri o Gregorio XVII, renunció debido a las presiones recibidas por ser un reconocido anticomunista. Si esto lo aderezamos con unas gotas de intriga masónica, tenemos la renuncia del cardenal Siri. Confusión con el color del humo o secreto vaticano…
Y dejando a un lado el Papa que no fue, nos centraremos en los Papas y sus necesidades. Durante el papado de Juan XXIII se estudiaron varios proyectos para la construcción de un edificio en los terrenos del Vaticano. Uno de los arquitectos presentó los planos al Sumo Pontífice para que estudiase la propuesta. Siendo uno de los que más le gustaba, tenía un defecto. Así que, decidió darle una segunda oportunidad y le envió una nota:
No sumus angeli (No somos ángeles).
Cuando el estudio de arquitectos que había elaborado los planos recibió la nota, no sabían qué significaba aquella extraña anotación. Finalmente, cayeron… se habían olvidado de los cuartos de baño.
Aunque según Valentín el Gnóstico (siglo II), y queriendo dotar a Jesús de Nazaret de divinidad, decía…
Jesús comía y bebía pero no defecaba.
Pues, con permiso de Valentín, yo ampliaré la lista con Hillary Swank y Angelina Jolie.