EXPERIMENTO: GÉNERO Y VOZ
Me ha pasado unas cuantas veces en la radio, como a Paco Lobatón con Gregorio Pérez Burguillo. Pedir llamadas a los oyentes y que, una vez saludada la persona, haya confundido su género tras escuchar el tono de voz. Casi nunca se ha molestado nadie, pero una señora me colgó el teléfono tras confundirla con un hombre y me envió una foto mía en la radio, maquillado como una mujer y escrito «¡maricón!» con pintalabios. No me molestó en absoluto que lo hiciera, pero sí me sorprendió que se hubiera enfadado tanto. ¿Nadie nunca le había dicho que tenía voz de hombre?
Te aseguro que Carlos Herrera a su lado es un eunuco. Como toda experiencia traumática, me sirvió años después para hacer un experimento. En mi mente se recicla todo. Lo bueno y lo malo. Se me ocurrió llamar a un gimnasio femenino con la voz más grave que pudiera poner. Utilicé mi imitación de Pepe Navarro para la causa. Por supuesto, era lo que esperaba, la recepcionista del gimnasio femenino me dijo que no podía matricularme porque era un gimnasio solo para mujeres. Cuando le dije que yo era una mujer y que la iba a denunciar, noté cómo se iba por la pata abajo. La pobre no sabía cómo disculparse. Le echó la culpa al teléfono y a su otitis… No dejó de sufrir hasta que le dije que era un experimento para Levántate y Cárdenas. Me encanta ese momento en el que sueltan el aire y empiezan a reír. Es algo mágico.