VALENCIA
Hace unos años, allá por 2012, después de un directo del programa Levántate y Cárdenas en Valencia, nos fuimos a cenar todo el equipo. Terminada la cena, llegó la hora de tomar algo por la ciudad. Ese día yo llevaba cuatro horas con un dolor terrible en una muela. Nunca me habían dolido, pero precisamente ese día, esa noche… Parecía que tenía a media docena de obreros en la boca, con martillos neumáticos picándome el nervio.
Intentando disimular el festival de dolores que tenía, me estaba tomando un gin tonic en un local de la ciudad con dos amistades y un oyente del programa se acercó y me dijo:
—Me he dado cuenta de que te está doliendo horrores una muela, ¿verdad? Eso te lo soluciono yo.
Me llevó a las tres menos veinte de la madrugada a la clínica dental en la que él trabajaba y me sacó esa muela. Le quedé superagradecido y nos fuimos a tomar algo. Me pidió una foto y nos la sacamos en la puerta de la clínica. Todavía hoy seguimos en contacto y cada vez que hablamos me recuerda lo mismo:
—¿Te acuerdas del día de la muela?