102 Se ha dicho en la parte estética, que miramos la belleza en la naturaleza como un favor, refiriendo a su forma una satisfacción completamente libre. En efecto, en este simple juicio del gusto, no consideramos para qué existen estas bellezas de la naturaleza, si es para excitar en nosotros un placer, o si no hay entre ellas y nosotros ninguna relación de este género. Mas en un juicio teleológico consideramos esta especie de relaciones, y podemos mirar como un favor de la naturaleza, el haberse mostrado propicia a la cultura de nuestro espíritu, exponiendo ante nosotros tan bellas formas.<<