Esta novela es una obra de ficción. Nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor o se emplean como ficción. Cualquier parecido con sucesos, situaciones o personajes reales, vivos o muertos, sería pura coincidencia.

Para Martin y Harry Greenberg,

con una doble medida de afecto

Y, solo en la oscuridad del castillo de proa dormido, parecía más grande, colosal, muy viejo; viejo como el propio padre Tiempo, que se hubiera acercado a este lugar con el sigilo de un sepulcro para contemplar con ojos pacientes la corta victoria del sueño, el consolador. Sin embargo, no era más que un hijo del tiempo, solitaria reliquia de una generación devorada y olvidada…

Joseph Conrad, El negro del Narcissus