EPÍLOGO
- ¡Me encanta! No solo tengo a mi
amigo cerca, sino que he ganado también, a una amiga, una nueva
compañera para salir al mar y dos clientes asiduos. ¿Qué se puede
pedir más?, dijo Óscar mientras iba remando mar adentro con Pablo y
Zoe.
- Que te busques una pareja, para que
no te llevemos siempre de carabina, dijo Pablo, provocando las
carcajadas de Zoe y una sacada de dedo de su
amigo.
Era ya junio, Pablo vivía
prácticamente en casa de Zoe, a excepción de algunos días que el
trabajo se prolongaba hasta muy entrada la noche o se quedaban en
la casa de él, si salían por la ciudad, con su hermana y sus amigos
y preferían no coger el coche.
La exposición de Claudia había tenido
mucho éxito, se estaba haciendo muy conocida y era cada vez más
reclamada. Seguía esperando que el que ella creía, era su alma
gemela, se diera cuenta.
Olivia había comprado un local en el
centro, y mientas Pablo y Gonzalo, su socio, se estaban encargando
de la remodelación, ella trabajaba a marchas forzadas con los
diseños de su línea, quería abrirla después del
verano.
- Me voy para casa, estarán a punto de
llegar Silvia, Hugo y el enano, y quiero estar preparada, seguir
vosotros chicos.
Silvia y Hugo seguían felices y
enamorados y muy contentos de ver como al final su amiga, había
encontrado la horma de su zapato.
Zoe había comenzado un nuevo libro, se
titulaba "¿Quién cerró las puertas al amor?", esperaba que también
fuera todo un éxito, estaba más motivada que nunca y lo estaba
escribiendo y viviendo desde una perspectiva totalmente diferente a
los anteriores, ahora sí que creía en el AMOR con mayúsculas, era
mucho más fácil contar historias que pensaba que podían ser
reales.