CAPÍTULO 20
- ¡Qué narices se ha pensado el
engreído ese! ¡Creerá que nos tiene a todas a sus pies! Él llega
con otra y tontea conmigo, encima delante de ella, ¡qué
fuerte!
Zoe iba andando por la arena, tan
tensa que parecía más un militar desfilando que una dulce muchacha.
De vez en cuando, se paraba, pegaba una patada a la arena, o tiraba
alguna piedra al agua y seguía con su
retahíla.
- Cuando llegue voy a buscar un viaje
que dure dos semanas y me lleve a la otra punta del
mundo.
- Y.... ¡una mierda!, eso quiere él
que desaparezca de su camino sin dar
guerra.
- Pues,... que tenga cuidado, porque a
lo mejor me va a ver más de lo que quiere, quizás el que se quiera
ir sea él.
- Aunque, pensándolo bien, para
él fue nada más que una noche más de
diversión.
- Lo mejor, es disfrutar como siempre
he hecho, pasando de las relaciones, y si surge algo con alguien
aprovecharla sin implicarme, sin sentir
nada.
Ya mucho más relajada, llegó a su
casa. La verdad es que tenía todo lo que quería y estaba donde le
gustaba. Últimamente, se repetía demasiado esas palabras, algo
estaba fallando.
Sonó el teléfono, era Claudia, no
sabía si cogerlo, pero al final descolgó, ella no tenía la culpa de
que su hermano fuera un imbécil, ella era
encantadora.
- ¿Dime
Claudia?
- Buenas, ¿qué tal?, ¿ha ido todo
bien?, ¿has tenido algún problema con la llaves o con las flores o
en la casa?, yo estoy llegando.
- No, bueno, ha surgido un
problemilla. Tu hermano y Olivia, han llegado antes de la hora y me
han pillado, lo siento, pero no ha podido estar todo preparado para
cuando han llegado.
- Tranquila, la que lo siento soy yo,
por mi culpa te he liado para nada.
- No importa, no me ha costado ningún
trabajo.
- Porque no quedamos algún día a tomar
algo y así te compenso por todo.
- Me parece genial, no por compensar,
porque como te he dicho no ha sido nada, pero si me apetecería
verte, además, me gustaría comprarte un cuadro que me
encantó.
- Entonces en cuanto llegue y me
organice y vea lo que vamos a hacer, te llamo y ya te digo, y tú me
dices que cuadro era.
- Perfecto, y el cuadro lo tengo
claro, es el del dormitorio, el título era algo así como ¿A dónde
me llevarán mis sueños?
- Que pena y que casualidad, lo vendí
justo una hora antes de la inauguración, a
Pablo.
- Siempre está en medio, complicando
todo.
- ¿Cómo?,
jajaja
- No quería decir eso o bueno sí, lo
siento es tu hermano.
- Tranquila, no te preocupes, llevas
toda la razón.
- Bueno, de todos modos de esa serie
habían algunos que me gustaban, me lo pienso y te digo cuál de
ellos quiero.
- Ok, me parece bien, de todos modos
podría hablar con mi hermano, a lo mejor, a él, le da igual que te
lo venda a ti, si es ese él que te hace ilusión, igual no le
importa.
- De eso nada, faltaba más, yo me
quedo con otro.
Solo faltaba eso, que encima le deba
algo, pensó.
- Como quieras, quedamos así, yo te
llamo y ya te digo cuando nos viene bien.
- ¿Nos? Creía que éramos las dos
solas.
- Había pensado que si todos podíamos
quedar sería mejor, así os conocéis Olivia y tú, es súper maja,
segura que te caerá bien.
- Sí, si ya la conozco, y la verdad es
que me ha parecido muy agradable, pero yo pensaba que íbamos a ir
las dos solas, a ellos les apetecerá llevar su
ritmo.
- Para nada, seguro que están
encantados, hemos venido a disfrutar, no te preocupes, hay tiempo
para todo, para relajarnos solos y en compañía. Te llamo, ¿vale?,
hasta muy pronto, besitos.
- Besitos,
Chao.
No tengo arreglo, salgo de una y me
meto en otra. Otra vez en la boca del lobo. De todos modos, o
Claudia no quiere ver nada o no sé lo que pasa con ella, no se da
cuenta. Su hermano y yo cuanto más lejos estemos mejor que
mejor.
**************************
Había llegado
justo Claudia cuando se estaba alejando Zoe hecha un
obelisco. Nada más paró el coche, cogió la maleta que llevaba
en el asiento de atrás y el neceser y bajó embalada para ver que
había pasado.
Estaba Pablo y Olivia tomándose el
café y charlando en la terraza que daba a la
playa.
- Por como la he visto irse, creo que
no ha ido muy bien, ¿verdad?, preguntó a su hermano con cara de
malas pulgas y un poco más alto de la
cuenta.
- Al contrario hermanita, tu plan ha
salido a las mil maravillas, dijo con una sonrisa
sarcástica.
- Quita esa cara que estás poniendo y
dime que le has hecho a Zoe, no lo entiendo, si hubiese salido
bien, ahora estaría aquí, riéndose y hablando con nosotros y no
camino de su casa mosqueada como un mono.
- Si que tiene que ir mosqueada, para
que tú a la distancia te hayas dado cuenta, se
rió.
- No tiene gracia, de verdad, ¿qué ha
pasado?
- Nada, que ella ha dado por hecho que
Olivia y yo estamos juntos pasando una semana
romántica.
- ¿Cómooooo? ¿Y tú no la has sacado
del error?
- Para que, es más divertido
así.
- No tienes arreglo la vas a
perder.
- Perdona, no voy a perder nada,
porque no la tengo, pero, además no oíste ni una palabra de lo que
te conté, lo que me había hecho. No solo es que ella empezó, aparte
es que está como un cencerro.
Olivia se había mantenido al margen de
la bronca entre los hermanos, pero ya no pudo aguantar
más.
- Que lástima , yo no la veo como un
cencerro, solo mosqueada y celosa. Pero tengo que reconocer, que
ella ya venía con la idea hecha, de que nosotros somos
pareja.
- No está como un cencerro,
simplemente hubo un mal entendido, y quizás yo al decir lo de las
flores y verte, creo que he provocado otro mal entendido. ¡Seréis
almas gemelas, pero hay que difícil lo estáis
haciendo!
- ¡Almas gemelas!, no paraba de reír
Pablo, en todo caso almas en guerra.
- Como resulta que yo no me estoy
enterando de nada y por momentos veo que esto está que arde y es
muy interesante, y estamos de vacaciones y tenemos todo el tiempo
del mundo, empezar a desembuchar los dos.
Le contaron toda la historia o la poca
historia que habían tenido, incluyendo la dedicatoria y nota, y la
noche en la disco.
- ¡Oyeee! que lo de la disco tampoco
lo sabía yo, no es justo, creía que me lo habías contado todo. Por
ella te largaste de la inauguración con tanta prisa, ella era a la
que ibas a ver.
- Después de la amenaza de esa noche
cualquiera no huye de ti.
- No puedes saber cada rollo que tengo
o cada vez que tonteo con alguien, soy mayorcito, creo que más de
lo que te gustaría.
- Sabéis chicos, me encanta esta
novela, me tiene súper intrigada, pero me falta la última
parte.
- No seas precipitada, dijo Pablo
riéndose, aún no hemos llegado, pero te puedo asegurar que no
acabáremos comiendo perdices.
- ¡Eres tonto! me refiero en la parte
de hoy, porque ella ha venido aquí.
Entonces Claudia comenzó a contar su
plan, como la había puesto en el aprieto, como había tenido que
llamar a Hugo, Óscar, la floristería, salir ella más
tarde,....
- Sigo sin entender algo, porque
hicisteis que yo viniera con él, en lugar de traerme tú, así lo
habría encontrado solo y hubieran hablado, que es lo que
querías.
- Porque sabía que si era así, mi
hermano hubiera venido también más tarde. Con la excusa de
tener que recogerte me aseguraba que a esa hora estuviera aquí.
Claro, que quien iba a pensar que la liaría, no presentándote
debidamente, como a su prima. Tengo que llamarla y arreglar
este desaguisado.
- Pobre de ti como le digas que Olivia
es nuestra prima, por favor, por tu hermano, déjala que sufra un
poco más, sabes que se lo merece.
- Veremos a ver si el que sufre al
final, por tonto, eres tú.
Cogió el teléfono y la llamó, tenía
que hacer algo para que esos dos se
juntaran.
Mientras ella hablaba los otros dos
escuchaban y mientras que Olivia reía silenciosamente, Pablo no
paraba de hacer caras de contrariedad y negar con la cabeza cada
vez que veía que su hermana la liaba más.
Cuando colgó, Olivia ya pudo reírse
sin contención y a Pablo se le veía bastante
mosqueado.
- Ni de coña le doy mi cuadro, y el
que no tiene ningún interés de volve a verla soy yo, queda
claro.
- Queda claro, que ni de coña ella
quiere nada tuyo, incluido tu cuadro, y que tampoco tiene ningún
interés en verte, pero lo siento por vosotros, parecéis dos
adolescentes y eso se tiene que acabar.