CAPÍTULO 11

Fue directo al ático de Claudia, ella le espera como siempre con una gran sonrisa y dispuesta a achucharlo y darle besos.

Era la bomba, tenía mucha suerte en tener una hermana tan cariñosa, positiva y siempre dispuesta a escucharlo.

Tenía en la mesa de centro baja, que estaba entre los sofás, preparada ya la cena. Había puesto de todo un poco. Cosas frías para picotear y aperitivos.

- ¿Qué son estas chorraditas  que tienen tan buen aspecto?

- Vas a ser el catador oficial de los manjares que se van a servir en la inauguración. Al decir que venías, le he pedido al catering que fuera hoy la degustación. ¿A ver qué te parece? ¿Te apetece una cerveza?

- No, prefiero algún refresco, ayer bebí un poco y hoy tengo la cabeza un tanto regular.

- Entonces, ¿por eso, esa mala cara o hay algo más?, pregunto directa queriendo salir de dudas.

- No se te escapa una, hermanita.

Ella le sonrió y le acarició la cara, como cuando tenían algún problema.

Durante la cena le contó lo que había pasado con Zoe, sin entrar en ciertos detalles,  y aunque no quería nada serio, esa chica le gustaba mucho, pero estaba confuso con las cosas extrañas que hacía.

Ella le escuchaba muy atenta, a veces le cortaba para hacerle alguna pregunta sobre algunas dudas que le surgían.

Acabaron de cenar, había terminado la historia y ella tampoco entendía mucho. Mientras hacía el café, seguía pensando en las reacciones de Zoe hacía su querido hermano.

- Vamos a ver, dijo con la bandeja del café en la mano. Si no he entendido mal, a ti te da la sensación que a esa chica le gustas y mucho, que incumplió la norma de no tener relaciones por ti, y así todo, sale huyendo y con una nota igual de confusa que su dedicatoria. Lo siento, pero seguro que tiene que haber una explicación lógica. Además, por la impresión que te ha dado, no parece una locatis, como mucho todo lo contrario. Yo, si fuera tú, intentaría localizarle, seguro que no es difícil, y más siendo tan conocida y aclararía las cosas.

- Me parece, que aunque eso es lo que quería oír, no estoy tan seguro, y tampoco sé, si estoy dispuesto a entrar en ese juego. Fue genial, pero habrán otras noches y días geniales con otras chicas que no me causen tantos quebraderos de cabeza y creo que debería ser ella la que viniese ahora a mí.

- Eso lo tienes que valorar y decidir tú. Sabes que yo siempre he pensado que si es tu alma gemela, la vida te la volverá a poner en el camino, jajaja.

- Ya estás con tu romanticismo, sabes que no creo en esas chorradas, y si desde luego se me volviese a cruzar me tendría que dar unas cuantas explicaciones.

- Bueno, lo que tú digas, el tiempo lo dirá.

Después de un rato hablando de todo un poco, de sus nervios con la exposición, del trabajo, de lo bonito que estaba el monte y el faro en primavera, de miles de cosas, Pablo vio que era la hora de volver a su casa, mañana trabajaba.

- Suerte hermanito, igual al final el más romántico de los dos vas a ser tú.

- ¡Aggg! Ni lo sueñes, para superarte a ti necesitaría varias vidas.

Le dio un beso de despedida en su naricilla respingona y le dijo,
- ya sabes que para cualquier cosa que me necesites me avisas y ahí estaré, aunque solo sea porque soy un hombre muy fuerte y hábil, sonrió e hizo una mueca.

- Creo que lo tengo todo bastante organizado, pero no te preocupes que sí te necesito gritaré SOS.

Se volvieron a abrazar y se despidieron.

- Definitivamente, su hermano estaba más colgado de esa chica de lo que quería reconocer.

Durante los siguientes días Pablo llamaba a su hermana para ver como iban sus nervios y los preparativos, por si lo necesitaba. El estaba tan liado con su trabajo que fuera de eso y la exposición de Claudia, no había pensado en otra cosa.

Habían quedado el miércoles, el llegaría una hora antes de que fuese la inauguración, para tranquilizarla un poco y darle su apoyo.

 


                   **********************************

No se podía quitar a Pablo de la cabeza, y menos a Silvia, ¿cómo habían podido?, ¿hasta dónde él había acordado con ella que llegaría?

No le apetecía nada ver a Silvia, no sabía como iba a reaccionar y si después de eso seguirían siendo amigas, pero por otro lado, habían pasado tantas cosas juntas que no quería tirar todo por la borda, por lo menos, sin hablar antes.

Además, necesitaba despejar todas las dudas que la corroían, porque por muy buen actor que fuese, a ella le dio la sensación que él había sentido lo mismo, y normalmente su instinto no solía fallarle en cuanto a sentimientos se refería.

También estaba claro, que hubiesen sentido lo que fuera que sintieran y aunque hubiera sido de otra forma, de una forma real, sin manipulación de intermediarios, ellos no querían ningún tipo de ataduras y relaciones.

Entonces, no tenía que darle más vueltas. Que más daba por lo que estuvieron juntos, pensándolo bien, su amiga le facilito una cena y una velada perfecta culminada con un polvo increíble.

No había que darle mayor importancia, se repetía.

 
¿Quién cerró las puertas al amor?
titlepage.xhtml
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_000.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_001.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_002.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_003.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_004.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_005.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_006.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_007.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_008.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_009.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_010.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_011.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_012.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_013.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_014.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_015.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_016.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_017.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_018.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_019.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_020.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_021.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_022.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_023.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_024.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_025.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_026.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_027.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_028.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_029.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_030.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_031.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_032.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_033.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_034.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_035.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_036.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_037.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_038.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_039.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_040.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_041.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_042.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_043.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_044.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_045.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_046.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_047.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_048.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_049.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_050.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_051.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_052.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_053.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_054.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_055.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_056.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_057.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_058.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_059.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_060.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_061.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_062.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_063.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_064.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_065.html
CR!JSM502WFSH0QFEVD9GXRJY2T1RF6_split_066.html