14. SOLO UNA PREGUNTA

Entre las muchas fotografías que ilustran la exposición vienesa dedicada al judaísmo oriental, una retrata a un viejo reparador de paraguas, con el bonete muy hundido en la cabeza, la barba clara y las gafas sobre la nariz, que está atareado con una varilla y un hilo. En la oscura fotografía, que engulle en la sombra la oscura bata del artesano, el rostro y las manos del viejo resplandecen como en un cuadro de Rembrandt, con una sacralidad cargada de respeto, que ningún ultraje podrá borrar. Es posible que también los cristales de su tienda sean rotos por un pogrom, como las casas devastadas que otras fotografías, al lado, muestran; la violencia podrá arrancar la barba o quitar la vida al paragüero, pero nada podrá arrebatarle esa plenitud de significado, esa decidida seguridad de su persona que se expresa a través de sus gestos tranquilos, en su mismo cuerpo.

Detrás de las gafas que cuelgan sobre su nariz, los ojos escrutan con paciencia el reacio agujero de la varilla reparada, pero centellean también maliciosos, con la afectuosa ironía de quien sabe que el mundo puede ser destruido de la noche a la mañana, pero que no hay que tomar demasiado en serio sus grandilocuencias, sus promesas y sus amenazas, porque la Torá advierte que no hay que hacer de nada un ídolo, ni siquiera de la palabra de Dios.

Ese viejo es el judío «eternamente ileso», como decía Joseph Roth, imperturbable y regio mendigo que, en su pringoso caftán, renace después de cada destrucción, asustando al Faraón, al comandante del Lager, al noble o al director de oficina antisemita con su incoercible vitalidad y la inextinguible fuerza de sus afectos familiares, que alimentan religiosamente esa vitalidad. Bajo las ventanas de la inteligencia occidental, que advertía cada vez más su propia escisión y su propia laceración interior, el judío, pobre o rico, se ha movido como el rey de los Schnorrer, de los impertérritos y tenaces mendigos-pedigüeños: vagabundo e insistente, expuesto a la burla y a la agresión, pero dispuesto a sacudírselas de encima con indiferencia, sin patria pero arraigado en un libro y en una ley, instalado en la vida como un rey y capaz de sentirse en todas partes como en casa, como si para él el mundo entero fuera un barrio familiar, la calle de la infancia en la que se habla el dialecto natal. Una vez, durante un congreso literario en el museo hebraico de Eisenstadt, la capital del Burgenland a pocos kilómetros de Viena, un rabino vienés, que participaba en nuestra discusión, me preguntó, con un vago tono de cautela: «Pero usted no es judío, ¿verdad?». Casi no había acabado de contestarle, diciéndole que no lo era, cuando el rabino se apresuró a precisar, con las manos tendidas hacia adelante, como para disipar un eventual equívoco o ahuyentar mi preocupación: «Solo era una pregunta…».

El Danubio
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
dedicatoria.xhtml
cita.xhtml
Sec1-00.xhtml
Sec1-01.xhtml
Sec1-02.xhtml
Sec1-03.xhtml
Sec1-04.xhtml
Sec1-05.xhtml
Sec1-06.xhtml
Sec1-07.xhtml
Sec1-08.xhtml
Sec1-09.xhtml
Sec1-10.xhtml
Sec1-11.xhtml
Sec1-12.xhtml
Sec2-00.xhtml
Sec2-01.xhtml
Sec2-02.xhtml
Sec2-03.xhtml
Sec2-04.xhtml
Sec2-05.xhtml
Sec2-06.xhtml
Sec2-07.xhtml
Sec2-08.xhtml
Sec2-09.xhtml
Sec2-10.xhtml
Sec2-11.xhtml
Sec2-12.xhtml
Sec2-13.xhtml
Sec2-14.xhtml
Sec2-15.xhtml
Sec2-16.xhtml
Sec2-17.xhtml
Sec2-18.xhtml
Sec2-19.xhtml
Sec2-20.xhtml
Sec2-21.xhtml
Sec2-22.xhtml
Sec2-23.xhtml
Sec2-24.xhtml
Sec2-25.xhtml
Sec2-26.xhtml
Sec2-27.xhtml
Sec2-28.xhtml
Sec2-29.xhtml
Sec3-00.xhtml
Sec3-01.xhtml
Sec3-02.xhtml
Sec3-03.xhtml
Sec3-04.xhtml
Sec3-05.xhtml
Sec3-06.xhtml
Sec3-07.xhtml
Sec3-08.xhtml
Sec3-09.xhtml
Sec3-10.xhtml
Sec3-11.xhtml
Sec3-12.xhtml
Sec3-13.xhtml
Sec3-14.xhtml
Sec4-00.xhtml
Sec4-01.xhtml
Sec4-02.xhtml
Sec4-03.xhtml
Sec4-04.xhtml
Sec4-05.xhtml
Sec4-06.xhtml
Sec4-07.xhtml
Sec4-08.xhtml
Sec4-09.xhtml
Sec4-10.xhtml
Sec4-11.xhtml
Sec4-12.xhtml
Sec4-13.xhtml
Sec4-14.xhtml
Sec4-15.xhtml
Sec4-16.xhtml
Sec4-17.xhtml
Sec4-18.xhtml
Sec4-19.xhtml
Sec4-20.xhtml
Sec4-21.xhtml
Sec4-22.xhtml
Sec4-23.xhtml
Sec4-24.xhtml
Sec4-25.xhtml
Sec4-26.xhtml
Sec4-27.xhtml
Sec4-28.xhtml
Sec4-29.xhtml
Sec4-30.xhtml
Sec4-31.xhtml
Sec4-32.xhtml
Sec4-33.xhtml
Sec5-00.xhtml
Sec5-01.xhtml
Sec5-02.xhtml
Sec5-03.xhtml
Sec5-04.xhtml
Sec5-05.xhtml
Sec5-06.xhtml
Sec5-07.xhtml
Sec5-08.xhtml
Sec6-00.xhtml
Sec6-01.xhtml
Sec6-02.xhtml
Sec6-03.xhtml
Sec6-04.xhtml
Sec6-05.xhtml
Sec6-06.xhtml
Sec6-07.xhtml
Sec6-08.xhtml
Sec6-09.xhtml
Sec6-10.xhtml
Sec6-11.xhtml
Sec6-12.xhtml
Sec6-13.xhtml
Sec6-14.xhtml
Sec6-15.xhtml
Sec6-16.xhtml
Sec6-17.xhtml
Sec6-18.xhtml
Sec6-19.xhtml
Sec6-20.xhtml
Sec6-21.xhtml
Sec6-22.xhtml
Sec7-00.xhtml
Sec7-01.xhtml
Sec7-02.xhtml
Sec7-03.xhtml
Sec7-04.xhtml
Sec7-05.xhtml
Sec7-06.xhtml
Sec7-07.xhtml
Sec7-08.xhtml
Sec7-09.xhtml
Sec7-10.xhtml
Sec7-11.xhtml
Sec7-12.xhtml
Sec7-13.xhtml
Sec7-14.xhtml
Sec7-15.xhtml
Sec7-16.xhtml
Sec7-17.xhtml
Sec7-18.xhtml
Sec7-19.xhtml
Sec7-20.xhtml
Sec7-21.xhtml
Sec8-00.xhtml
Sec8-01.xhtml
Sec8-02.xhtml
Sec8-03.xhtml
Sec8-04.xhtml
Sec8-05.xhtml
Sec8-06.xhtml
Sec8-07.xhtml
Sec8-08.xhtml
Sec8-09.xhtml
Sec8-10.xhtml
Sec8-11.xhtml
Sec8-12.xhtml
Sec8-13.xhtml
Sec8-14.xhtml
Sec8-15.xhtml
Sec8-16.xhtml
Sec9-00.xhtml
Sec9-01.xhtml
Sec9-02.xhtml
Sec9-03.xhtml
Sec9-04.xhtml
Sec9-05.xhtml
Sec9-06.xhtml
Sec9-07.xhtml
Sec9-08.xhtml
Sec9-09.xhtml
Sec9-10.xhtml
Sec9-11.xhtml
Sec9-12.xhtml
Sec9-13.xhtml
Sec9-14.xhtml
Sec9-15.xhtml
mapa1.xhtml
mapa2.xhtml
notas.xhtml