5. LA ESCALINATA DE STRUDLHOF

La onda fluyente de sus volutas y el ritmo envolvente de su descenso hicieron nacer una gruesa novela de Doderer, cuyo aliento pretendería ser el abandono al fluir de la vida que corre a lo largo de esos escalones. La escalinata es un pequeño corazón de Viena, evoca la redondez y el abrazo materno de sus cúpulas, el espacio que se abre, amplio y acogedor, en las plazas o a lo largo del Ring. Al bajar esos escalones, parece estar dejándose llevar por el curso de un río que sea la vida misma, que nos transporta y nos deposita en algún lugar de sus orillas, en el que nos sentimos como en casa.

Austria es muchas veces ese lugar en el que nos sentimos como en casa, en esa armonía entre familiaridad y distancia que le gustaba a Joseph Roth. Mientras tanto, en las librerías, ha aparecido el libro de una antigua amante de Doderer, que enumera las vilezas, las mezquindades y los egoísmos del escritor, esas mentiras y esos apaños que pueden convertir una liaison en la más penosa de las molestias cotidianas. Ese fluir vital, que comienza tan seductor en la cima de la escalinata, puede terminar en la espuma de la ropa blanca que se ha puesto en la lavadora. El Danubio no es azul, como pretenden los versos de Karl Isidor Beck que sugirieron a Strauss el título seductor y falaz de su vals. El Danubio es rubio, «a szöke Duna», como dicen los húngaros, pero ese rubio es una galantería magiar o francesa, Le Beau Danube Blond, como lo llamaba Gaston Lavergnolle en 1904. Más restrictivo, Verne pensaba titular una novela suya Le Beau Danube Jaune. Amarillo fangoso, agua que se enturbia al final de esta escalinata.

Es posible que solo el amor completo y duradero, o bien la franca sexualidad animal, que se agota en su satisfacción inmediata, sin ilusionar ni ilusionarse con el otro, estén en la verdad, mientras que la variada gama de gradaciones intermedias de las relaciones amorosas, una típica invención humana, es muchas veces una serie de falsedades y violencias embellecidas por un kitsch sentimental. No sé ni me interesa valorar la veracidad de la vengativa amante de Doderer; lo cierto es que Viena, al igual pero tal vez más que otras ciudades, es también el lugar de estos chismorreos y de estos rencorosos entrometimientos e indiscreciones, porque es una gran ciudad de provincias. Es la Viena que Karl Kraus odiaba y que alimentaba, con su vulgaridad de patio de vecindad, su ferocidad satírica. Los grandes poetas de la gracia de Viena —desde los genios de la comedia popular del siglo pasado, Raimund o Nestroy— han captado ese encanto contrastándolo con la agresividad, la brutalidad enmascarada de bonachonería que han hecho de Viena también un bajo vientre de la historia, una «estación meteorológica del fin del mundo», como decía Kraus.

El Danubio
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
dedicatoria.xhtml
cita.xhtml
Sec1-00.xhtml
Sec1-01.xhtml
Sec1-02.xhtml
Sec1-03.xhtml
Sec1-04.xhtml
Sec1-05.xhtml
Sec1-06.xhtml
Sec1-07.xhtml
Sec1-08.xhtml
Sec1-09.xhtml
Sec1-10.xhtml
Sec1-11.xhtml
Sec1-12.xhtml
Sec2-00.xhtml
Sec2-01.xhtml
Sec2-02.xhtml
Sec2-03.xhtml
Sec2-04.xhtml
Sec2-05.xhtml
Sec2-06.xhtml
Sec2-07.xhtml
Sec2-08.xhtml
Sec2-09.xhtml
Sec2-10.xhtml
Sec2-11.xhtml
Sec2-12.xhtml
Sec2-13.xhtml
Sec2-14.xhtml
Sec2-15.xhtml
Sec2-16.xhtml
Sec2-17.xhtml
Sec2-18.xhtml
Sec2-19.xhtml
Sec2-20.xhtml
Sec2-21.xhtml
Sec2-22.xhtml
Sec2-23.xhtml
Sec2-24.xhtml
Sec2-25.xhtml
Sec2-26.xhtml
Sec2-27.xhtml
Sec2-28.xhtml
Sec2-29.xhtml
Sec3-00.xhtml
Sec3-01.xhtml
Sec3-02.xhtml
Sec3-03.xhtml
Sec3-04.xhtml
Sec3-05.xhtml
Sec3-06.xhtml
Sec3-07.xhtml
Sec3-08.xhtml
Sec3-09.xhtml
Sec3-10.xhtml
Sec3-11.xhtml
Sec3-12.xhtml
Sec3-13.xhtml
Sec3-14.xhtml
Sec4-00.xhtml
Sec4-01.xhtml
Sec4-02.xhtml
Sec4-03.xhtml
Sec4-04.xhtml
Sec4-05.xhtml
Sec4-06.xhtml
Sec4-07.xhtml
Sec4-08.xhtml
Sec4-09.xhtml
Sec4-10.xhtml
Sec4-11.xhtml
Sec4-12.xhtml
Sec4-13.xhtml
Sec4-14.xhtml
Sec4-15.xhtml
Sec4-16.xhtml
Sec4-17.xhtml
Sec4-18.xhtml
Sec4-19.xhtml
Sec4-20.xhtml
Sec4-21.xhtml
Sec4-22.xhtml
Sec4-23.xhtml
Sec4-24.xhtml
Sec4-25.xhtml
Sec4-26.xhtml
Sec4-27.xhtml
Sec4-28.xhtml
Sec4-29.xhtml
Sec4-30.xhtml
Sec4-31.xhtml
Sec4-32.xhtml
Sec4-33.xhtml
Sec5-00.xhtml
Sec5-01.xhtml
Sec5-02.xhtml
Sec5-03.xhtml
Sec5-04.xhtml
Sec5-05.xhtml
Sec5-06.xhtml
Sec5-07.xhtml
Sec5-08.xhtml
Sec6-00.xhtml
Sec6-01.xhtml
Sec6-02.xhtml
Sec6-03.xhtml
Sec6-04.xhtml
Sec6-05.xhtml
Sec6-06.xhtml
Sec6-07.xhtml
Sec6-08.xhtml
Sec6-09.xhtml
Sec6-10.xhtml
Sec6-11.xhtml
Sec6-12.xhtml
Sec6-13.xhtml
Sec6-14.xhtml
Sec6-15.xhtml
Sec6-16.xhtml
Sec6-17.xhtml
Sec6-18.xhtml
Sec6-19.xhtml
Sec6-20.xhtml
Sec6-21.xhtml
Sec6-22.xhtml
Sec7-00.xhtml
Sec7-01.xhtml
Sec7-02.xhtml
Sec7-03.xhtml
Sec7-04.xhtml
Sec7-05.xhtml
Sec7-06.xhtml
Sec7-07.xhtml
Sec7-08.xhtml
Sec7-09.xhtml
Sec7-10.xhtml
Sec7-11.xhtml
Sec7-12.xhtml
Sec7-13.xhtml
Sec7-14.xhtml
Sec7-15.xhtml
Sec7-16.xhtml
Sec7-17.xhtml
Sec7-18.xhtml
Sec7-19.xhtml
Sec7-20.xhtml
Sec7-21.xhtml
Sec8-00.xhtml
Sec8-01.xhtml
Sec8-02.xhtml
Sec8-03.xhtml
Sec8-04.xhtml
Sec8-05.xhtml
Sec8-06.xhtml
Sec8-07.xhtml
Sec8-08.xhtml
Sec8-09.xhtml
Sec8-10.xhtml
Sec8-11.xhtml
Sec8-12.xhtml
Sec8-13.xhtml
Sec8-14.xhtml
Sec8-15.xhtml
Sec8-16.xhtml
Sec9-00.xhtml
Sec9-01.xhtml
Sec9-02.xhtml
Sec9-03.xhtml
Sec9-04.xhtml
Sec9-05.xhtml
Sec9-06.xhtml
Sec9-07.xhtml
Sec9-08.xhtml
Sec9-09.xhtml
Sec9-10.xhtml
Sec9-11.xhtml
Sec9-12.xhtml
Sec9-13.xhtml
Sec9-14.xhtml
Sec9-15.xhtml
mapa1.xhtml
mapa2.xhtml
notas.xhtml