Anexo A
Accesorios de moda para una Cabrona y Millonaria
Una lista de tus objetivos financieros (pegada en un lugar visible) para mantenerte motivada. Algo así como la foto de una modelo en la puerta del refrigerador.
Un archivero u organizador para guardar -¡en orden!- recibos, pólizas, estados de cuenta, contratos y otros documentos financieros. Si tiene llave, mejor.
Fotocopias de todas tus tarjetas de crédito y débito y del contrato de tu chequera con los números de teléfono correspondientes para poder reaccionar rápido en caso de robo o extravío.
Una pequeña tarjeta con el teléfono y nombre de tu agente de seguros y el número de póliza tanto de gastos médicos como de seguro de automóvil (y otros) para poder reaccionar rápido en caso de accidente. Idealmente, debes tener una en tu cartera, otra en casa y otra más en manos de una persona cercana.
Una calculadora. La mayor parte de los cheques devueltos son consecuencia de malas sumas o restas.
Un organizador (calendario o agenda electrónica) en el que apuntes todas tus “fechas financieras”: el pago de créditos, cuándo debes recibir los estados de cuenta y el límite de pago de tus tarjetas, cuándo le tienes que hablar a tu asesor para evaluar resultados, a tu agente de seguros para verificar las pólizas… etc. (si es electrónica, puedes programar las actividades que se repiten mes a mes).
Un buen antivirus, indispensable si almacenas cualquier tipo de información financiera en tu computadora o si utilizas el internet para hacer compras o transacciones bancarias.
Una trituradora de papel para evitar que los documentos financieros privados que desechas sean mal utilizados por otras personas.