Por qué gastamos las mujeres
Por necesidad. La razón más obvia, para vivir necesitamos comida, ropa, techo y un perfecto corte de pelo.
Porque así lo marca la sociedad. Por más trillada que suene la palabra consumismo, es un hecho que vivimos en un mundo en el que se nos restriega la idea de que la clave de la felicidad es comprar mucho y seguido. Guardar apariencias o impresionar (a un altísimo costo) se ha vuelto el sello distintivo de la sociedad. Si no tengo, ¿qué van a decir mis vecinas?
Por aburrimiento. Una de las actividades principales del siglo XXI es ir a pasear por las tiendas o el centro comercial a pasar el tiempo, a ver qué vemos… y generalmente alguito se nos pega.
Por terapia. ¿Enojada? Compro ¿Triste? Compro. Dolida, confundida, con coraje. Compro, compro, compro. Mucho de nuestro manejo emocional encuentra salida en el paraíso (momentáneo) de las compras.
Porque me lo merezco. No hay nada como celebrar un acontecimiento, sea mi cumpleaños, un éxito profesional o que amaneció en jueves, con la cartera abierta.