Divorcio al estilo de una Cabrona y Millonaria
Cuando el amor acaba, los problemas de dinero se multiplican, sobre todo si hay abogados involucrados. Si estás en proceso de divorcio es muy fácil emprender una batalla encarnizada con la bandera de que estás “luchando por lo que es justo”. Esto no siempre es lo más recomendable en el aspecto emocional (el desgaste es enorme) ni lo más sabio en cuestión financiera.
Tomar decisiones monetarias prudentes no implica que estés cediendo o perdiendo, sino que tienes una visión de largo plazo y quieres cuidar tu riqueza futura (con lo que vas a estar más bella y podrás restregárselo a tu ex en la cara). Para ser verdaderamente Cabrona en estos momentos, debes ser también muy inteligente.
Ojo con lo siguiente:
A río revuelto, ganancia de abogados. No te pierdas en un pleito de años del que sólo van a salir ganando los abogados. Evalúa fríamente (aunque para esto necesites un Valium o el consejo de una amiga que pueda darte una opinión objetiva) qué es lo que quieres obtener y qué es lo que la realidad marca como factible que obtengas. No te desgañites por conseguir cosas irreales en un pleito que sólo va a beneficiar los honorarios de los abogados.
No luches por elefantes blancos. Es “justo” quedarte con la casa matrimonial, pero ¿realmente vas a poder mantenerla tras el divorcio? ¿No sería más sano vender la casa y comprarte un departamento más fácil de cuidar y mantener? Evita encapricharte por cosas que en el futuro pueden traerte más problemas que satisfacciones.
No confíes en las palabras. Por más maravillosa que suene una propuesta que tu ex pareja te jura y perjura, nada es válido hasta que no esté legalmente por escrito. En cualquier acuerdo monetario, pon énfasis en que haya cláusulas para ajustar las cantidades al paso del tiempo, inflación, tipo de cambio y cambios en las necesidades de tus hijos (no es lo mismo pagar el kínder que la universidad). Si crees que el tema de la pensión puede ser problemático, considera comprar una fianza que asegure su cumplimiento.
¡Contrólate! Por más tentador que sea usar la tarjeta de crédito para comprar, comprar y comprar y así amainar la rabia o el dolor, piénsalo dos veces antes de firmar. Las compras compulsivas son un paliativo a corto plazo que pueden arruinar tus finanzas por años (mejor invierte en un psicoanalista, una botella de tequila o un amorío con un hombre 10 años más joven que tú).

Ya acabaste de leer todas las reglas que van a poner a trabajar tu metabolismo financiero al máximo…
¿Crees poder olvidarlas?
¿Mañana o pasado mañana te estarás rascando la cabeza preguntándote qué había que hacer con las compras de impulso… o cómo manejar las tarjetas de crédito?
Es fundamental que tengas las reglas claras y presentes para poder aplicarlas en cualquier momento o situación. Sólo así lograrás que tu metabolismo transforme cada vez más el dinero que recibes en riqueza.
Tatúate en la cadera (muy a la Angelina Jolie) o, si prefieres, fotocopia este pequeño resumen y guárdalo en un lugar donde puedas consultarlo fácil y frecuentemente.
Para que las reglas se te graben en la mente y las tengas a la mano en momentos de flaqueza o de debilidad…