[1] Con el objetivo de concentrarnos en los cambios de largo plazo, las gráficas presentadas aquí indican únicamente valores decenales e ignoran, por tanto, los puntos extremos que no duran más que unos años. Para las series anuales completas, véase el anexo técnico. <<

[2] El monto de inflación promedio de 17% anual entre 1913 y 1950 no tenía en cuenta el año 1923 (cuando los precios se multiplicaron por 100 millones entre el inicio y el final del año). <<

[3] Casi en igualdad con General Motors, Toyota y Renault-Nissan (alrededor de ocho millones de vehículos vendidos por cada uno en 2011). El Estado francés posee aún 15% del capital de Renault (tercer constructor europeo detrás de Volkswagen y Peugeot). <<

[4] Tomando en cuenta las limitaciones de las fuentes disponibles, también es posible que esta diferencia se explique, en parte, por diversos sesgos estadísticos. Véase el anexo técnico. <<

[5] Véase por ejemplo M. Albert, Capitalisme contre capitalisme, Seuil, París, 1991, 315 pp. [Capitalismo contra capitalismo, trad. José Federico Delos, Paidós, Buenos Aires, 1993, 253 pp]. <<

[6] Véase por ejemplo G. Duval, Made in Germany, Seuil, París, 2013, 230 pp. <<

[7] Véase el anexo técnico. <<

[8] La diferencia con la época de Ricardo consistía en que los pudientes británicos de 1800-1810 eran lo bastante prósperos como para generar el ahorro privado suplementario que permitía absorber los déficits públicos sin afectar al capital nacional. Por el contrario, los déficits europeos de los años 1914-1945 se produjeron en un contexto en el que los patrimonios y el ahorro privado estaban ya fuertemente afectados por numerosos choques negativos, por lo que el endeudamiento público agravó la caída del capital nacional. <<

[9] Véase el anexo técnico. <<

[10] Véase A. de Tocqueville, De la démocratie en Amérique, t. 2 (1840), parte 2, cap. 19, y parte 3, cap. 6. (La democracia en América, 2.ª ed., trad. Luis R. Cuéllar, FCE, México, 2005). <<

[11] En las gráficas III.1, III.2, IV.1, IV.6 y IV.9 indicamos en tono claro las posiciones positivas respecto del resto del mundo (periodos de capital extranjero positivo) y en tonos oscuros las posiciones negativas (periodos de deuda extranjera neta positiva). Las series completas utilizadas para establecer el conjunto de estas gráficas se encuentran en el anexo técnico, disponible en línea. <<

[12] Véanse las gráficas suplementarias S4.1 y S4.2 (disponibles en línea). <<

[13] Sin embargo, hay que subrayar que este punto de vista acerca del capital extranjero neto oculta la importancia de las participaciones cruzadas entre países, a las cuales volveremos en el próximo capítulo. <<

[14] Respecto de las reacciones suscitadas por los inversionistas europeos en los Estados Unidos en el siglo XIX, véase por ejemplo M. Wilkins, The History of Foreign Investment in the United States to 1914, Harvard University Press, Cambridge, 1989, cap. 16. <<

[15] Sólo había unas cuantas decenas de miles de esclavos en el norte. Véase el anexo técnico. <<

[16] Si cada individuo es tratado como sujeto, la esclavitud (que puede ser vista como una forma extrema de deuda de un individuo respecto de otro) no incrementa el patrimonio nacional, al igual que ocurre con el conjunto de las deudas privadas o públicas (las deudas son pasivos para algunos individuos y activos para otros y, por consiguiente, se anulan a nivel global). <<

[17] El número de esclavos emancipados en 1848 en las colonias francesas se calcula en 250 000 (es decir, menos de 10% del número de esclavos en los Estados Unidos). Sin embargo, al igual que en los Estados Unidos, se prolongaron formas de desigualdad jurídica mucho después de la emancipación formal: por ejemplo, en la isla de la Reunión, después de 1848 se exigió a los antiguos esclavos que presentaran un contrato de trabajo como empleados domésticos u obreros en una plantación, sin el cual podrían ser detenidos y encarcelados por indigencia. La diferencia respecto del régimen legal anterior, en el que los esclavos en fuga eran perseguidos y devueltos a su dueño, fue real, pero equivalía más a una variación que a una ruptura real. <<

[18] Véase el anexo técnico. <<

[19] Por ejemplo, si el ingreso nacional se divide en 70% de producto del trabajo y 30% de ingresos del capital, y si se capitaliza el conjunto de esos ingresos al 5%, entonces el valor total del acervo de capital humano será igual a 14 años de ingreso nacional, el del acervo de capital no humano a seis años de ingreso nacional y el conjunto se establecerá, en consecuencia, en 20 años. Con una distribución de 60-40% del ingreso nacional, tal vez más próxima a la realidad vigente en el siglo XVIII (por lo menos en el Viejo Continente), se obtienen 12 y 8 años, siempre para un total de 20 años. <<