[1] Según las estimaciones disponibles (en particular las de King y Petty en el Reino Unido, Vauban y Boisguillebert en Francia), los edificios agrícolas y el ganado representaban en el siglo XVIII casi la mitad de lo que clasificamos como «otro capital interno». Si se sustrajeran esos elementos, con el objetivo de concentrarnos en la industria y los servicios, el crecimiento de los demás capitales internos no agrícolas sería, por tanto, tan importante como el de las viviendas (incluso un poco más elevado). <<

[2] La operación inmobiliaria de Birotteau en el barrio de la Madeleine es un buen ejemplo. <<

[3] Piénsese en las fábricas de pastas del pobre Goriot, o en la perfumería de Birotteau. <<

[4] Todas las series detalladas están disponibles en línea. <<

[5] Véase el anexo técnico. <<

[6] Las series anuales detalladas de las balanzas comerciales y de pagos del Reino Unido y Francia están disponibles en línea en el anexo técnico. <<

[7] Las posiciones netas externas de ambos países casi siempre se encontraron entre −10 y +10% del ingreso nacional desde 1950, es decir, en niveles de una décima o vigésima parte de los de la Bella Época. Las dificultades vinculadas con la medición de las posiciones externas netas en el mundo actual (a las cuales volveremos más adelante) no cuestionan esta realidad. <<

[8] En concreto, para un ingreso promedio de 30 000 euros, la riqueza promedio de 1700 habría sido más bien del orden de 210 000 euros (alrededor de siete años de ingreso, y no seis), de los cuales 100 000 serían en tierras agrícolas (aproximadamente cinco años de ingreso, incluyendo las construcciones de granjas y el ganado), 30 000 en vivienda y 30 000 en otros capitales internos. <<

[9] Una vez más, con un ingreso promedio de 30 000 euros, el patrimonio promedio de 1910 habría sido más bien del orden de 210 000 euros (siete años de ingreso), con otros capitales internos más cercanos a 90 000 euros (tres años de ingreso) que a 60 000 euros (dos años). Todas las cantidades indicadas se han simplificado y redondeado a propósito. Véase el anexo técnico en línea para los montos detallados. <<

[10] En concreto: 93% del ingreso nacional en activos públicos en el Reino Unido, y 92% en relación con las deudas públicas, esto es, una riqueza pública neta de +1%: 145% de activos públicos en Francia y 114% en deudas, es decir, un patrimonio público neto de +31%. Véase el anexo técnico para las series anuales detalladas de ambos países. <<

[11] Véase F. Crouzet, La Grande inflation. La monnaie en France de Louis XVI à Napoléon, Fayard, París, 1993, 608 pp. <<

[12] Sobre el conjunto del periodo de 1815-1914, el superávit presupuestario de tipo primario en el Reino Unido se situaba en promedio entre 2 y 3 puntos del PIB, y financiaba intereses de la deuda por un mismo monto (el presupuesto total en educación era inferior a 2 puntos del PIB en esa época). Para obtener series anuales detalladas sobre los déficits públicos primarios y secundarios y sobre la evolución del rendimiento de la deuda pública a lo largo de ese periodo, véase el anexo técnico. <<

[13] El sufragio censitario fue un sistema electoral en que solamente se permitía votar a quienes poseían como mínimo cierta cantidad de bienes o percibían ciertas rentas. Este tipo de sufragio se mantuvo vigente en Europa entre fines del siglo XVIII y el XIX. La Restauración y la Monarquía de Julio mantuvieron este sistema. [N. del e]. <<

[14] Estas dos series de transferencias explicaban lo esencial del incremento de la deuda pública en Francia en el siglo XIX. Sobre los montos y las fuentes utilizadas, véase el anexo técnico. <<

[15] Entre 1880 y 1914, los intereses de la deuda rebasaban en Francia los niveles británicos. Para encontrar series anuales detalladas sobre los déficits públicos en ambos países, véase el anexo técnico. <<

[16] Los pasajes consagrados por Ricardo a este tema en sus Principios de economía política y tributación (FCE, México, 1959, 332 pp.), en cambio, no son totalmente diáfanos. Sobre este episodio, véase asimismo el interesante análisis retrospectivo de G. Clark, «Debt, Deficits, and Crowding Out: England, 1727-1840», European Review of Economic History, Cambridge University Press, 2001, pp. 403-436. <<

[17] Véase R. Barro, «Are Government Bonds Net Wealth?», Journal of Political Economy, University of Chicago Press, vol. 82, núm. 6, noviembre-diciembre de 1974, pp. 1095-1117; así como «Government Spending, Interest Rates, Prices, and Budget Deficits in the United Kingdom, 1701-1918», Journal of Monetary Economics, Elsevier, vol. 20, núm. 2, septiembre de 1987, pp. 221-248. <<

[18] Véase P. Samuelson, Economics, 8a ed., McGraw-Hill, Nueva York, 1970, p. 831. <<

[19] Véanse C. Andrieu, L. Le Van y A. Prost, Les Nationalisations de la Libération: de l’utopie au compromis, FNSP, París, 1987, 392 pp., y T. Piketty, Les Hauts Revenus en France au XXe siècle: Inégalités et redistributions, 1901-1998, Grasset, París, 2001, pp. 137-138. <<

[20] Es esclarecedor releer las estimaciones del capital nacional realizadas en el Reino Unido a lo largo del siglo XX, a medida que se transformaban por completo la forma y la magnitud de los activos y pasivos públicos. Véase en particular H. Campion, Public and Private Property in Great Britain, Oxford University Press, Londres, 1939; J. Revell, The Wealth of the Nation. The National Balance Sheet of the United Kingdom, 1957-1961, Cambridge University Press, Nueva York, 1967. La cuestión no se planteaba en la época de Giffen, por lo evidente que era la supremacía del capital privado. Se advertía la misma evolución en Francia, por ejemplo con la obra publicada en 1956 por Divisia, Dupin y Roy, titulada muy acertadamente À la recherche du franc perdu [En busca del franco perdido], y cuyo volumen 3, consagrado a La Fortune de la France [La riqueza de Francia], intentaba con muchas dificultades retomar el hilo de las estimaciones realizadas por Colson en la Bella Época. <<