[1] Véase la tercera parte, capítulo XII. <<
[2] Estos nuevos ingresos pueden utilizarse para reducir los gravámenes existentes, o bien para financiar otras necesidades (como ayuda internacional o reducción de la deuda; volveremos a ello más adelante). <<
[3] En cada continente hay instituciones financieras especializadas que desempeñan el papel de depositarios centrales (custodian bank; función desempeñada en ocasiones junto con la de la cámara de compensación, clearing house), cuya función es seguir el rastro de los títulos de propiedad desmaterializados emitidos por las diferentes sociedades. Sin embargo, la función de estas instituciones privadas es proporcionar un servicio a las empresas emisoras de títulos, no reunir en un mismo rubro todos los activos propiedad de una misma persona. Sobre estas instituciones, véase G. Zucman, «The Missing Wealth of Nations: Are Europe and the U. S. Net Debtors or Net Creditors?», art. cit. <<
[4] Un caso clásico estudiado en la investigación histórica es la caída del Imperio romano, que llevó a abandonar el impuesto territorial imperial y, por tanto, los títulos de propiedad y los elementos de catastro que lo acompañaban, hecho que quizá contribuyó a acrecentar el caos económico en la alta Edad Media. Véase, por ejemplo, P. Temin, The Roman Market Economy, Princeton University Press, Princeton, 2012, pp. 149-151. <<
[5] Por esta razón, sería útil establecer un impuesto con una tasa baja sobre el patrimonio neto de las sociedades (fondos propios), conjuntamente con un impuesto de tasa más elevada sobre el patrimonio neto de las personas. Esto obligaría al poder público a retomar intensivamente el asunto de las normas contables, actualmente en manos de contadores privados. Al respecto, véase N. Véron, M. Autrer y A. Galichon, L’Information financière en crise. Comptabilité et capitalisme, Odile Jacob, París, 2004, 286 pp. <<
[6] En concreto, las autoridades hacen una regresión conocida como «hedónica», calculando el precio de venta en función de diferentes características del bien, y sobre esa base proponen un precio. En todos los países desarrollados hay bases de datos de transacciones que permiten hacer lo mismo (además, son utilizadas para calcular índices de precios de bienes inmobiliarios). <<
[7] En todos los sistemas basados en la autodeclaración se observa esa tentación, como en el caso del impuesto sobre la fortuna en Francia, donde siempre hay un número anormalmente bajo de valores declarados ligeramente por encima del umbral impositivo. Las personas afectadas muestran claramente una tendencia a reducir un poco —en general del orden de 10 a 20%— el valor de sus bienes inmuebles. La declaración borrador proporcionaría una base objetiva basada en datos y un método claramente definido que pondrían fin a ese tipo de comportamiento. <<
[8] Extrañamente, fue ese sistema arcaico sustentado en la buena fe el que utilizó el gobierno francés en 2013 para obtener información sobre los patrimonios de sus propios ministros, oficialmente con el fin de devolver la confianza después de que uno de ellos mintiera sobre la existencia de una cuenta bancaria en Suiza. <<
[9] En particular en las islas Anglonormandas, Liechtenstein, Mónaco, etcétera. <<
[10] Es difícil estimar esa pérdida, pero es posible que llegara a 10-20% del ingreso nacional de países como Luxemburgo o Suiza (o de territorios como la City de Londres), lo que es una fracción a la vez minoritaria y muy sustancial de su nivel de vida. En los paraísos fiscales exóticos y los microestados, es probable que esta parte rebase por mucho el 50%, llegando prácticamente a 80-90% en ciertos territorios que no albergan más que domiciliaciones de sociedades ficticias. <<
[11] Las cotizaciones sociales se parecen a una forma de gravar los ingresos (y, además, se agrupan con el impuesto sobre los ingresos en ciertos países; véase el capítulo XIII). <<
[12] Véase, en particular, el capítulo XII, tabla XII.1. <<
[13] Recordemos la definición clásica del ingreso en sentido económico del economista británico John Hicks: «El ingreso de una persona o de una colectividad en el curso de un periodo es el valor de lo máximo que puede consumir durante ese periodo y al final seguir igual de rico que al principio del periodo». <<
[14] Incluso con un rendimiento de 2% (muy inferior al efectivamente observado para esta fortuna en particular en el periodo 1987-2013), el ingreso económico asociado a una fortuna de 30 000 millones de euros debería ser de 600 millones de euros, y no de cinco millones. <<
[15] En el caso de la mayor fortuna francesa, la dificultad adicional se debe a que el holding familiar era administrado por la esposa del ministro de presupuesto, quien a su vez era tesorero del partido político que había recibido donativos importantes de la fortuna en cuestión. Como ese mismo partido había reducido a un tercio el impuesto sobre la fortuna durante su periodo en el poder, todo ello causó naturalmente cierta conmoción en el país y demuestra, si fuera necesario, que los fenómenos de captura del poder político mencionados en el capítulo anterior rebasan claramente el caso americano. A título indicativo, se trata del ministro de presupuesto que precedió al que ocultó una cuenta en Suiza, lo cual recuerda que en Francia también estas cuestiones de captura rebasan las jerarquías políticas. <<
[16] En la práctica, el sistema aplicado en Holanda no es totalmente satisfactorio: comprende numerosas excepciones y categorías de activos que escapan al impuesto (sobre todo en holdings familiares y otros fondos fiduciarios), y el rendimiento aplicado se supone igual a 4% para todos los activos, lo que puede ser demasiado elevado para ciertos patrimonios e insuficiente para otros. <<
[17] Lo más lógico es apreciar ese carácter insuficiente a partir de las tasas medias de rendimiento efectivamente observadas para la clase de fortuna en cuestión, lo cual permite dar coherencia a las escalas tributarias del impuesto sobre el ingreso y el del impuesto sobre el capital. También es posible imaginar tasas impositivas mínimas y máximas en función del ingreso y del capital. <<
[18] La lógica de incentivos es el núcleo de la obra de Maurice Allais (L’Impôt sur le capital et la réforme monétaire, Éditions Hermann, París, 1977, 370 pp.), que llega al extremo de defender la supresión total del impuesto sobre el ingreso y de todos los impuestos para sustituirlos íntegramente por el impuesto sobre el capital, lo cual es excesivo y poco coherente en relación con las cantidades consideradas. Sobre las propuestas de Allais y sus repercusiones actuales, véase el anexo técnico. De manera general, los debates en torno al impuesto sobre el capital suelen caracterizarse por posiciones extremas (a este impuesto se le rechaza en bloque o se le considera como el impuesto único que debe remplazar a todos), igual que los debates en torno al impuesto sucesorio (o no se grava o la tasa debe ser de 100%). Me parece urgente tratar este debate menos acaloradamente, otorgando un lugar a cada argumento y a cada instrumento fiscal. El impuesto sobre el capital es útil, incluso indispensable en el marco del capitalismo patrimonial del siglo XXI, pero no debe remplazar a todos los demás. <<
[19] Lo mismo pasaría con un desempleado que siguiera pagando un impuesto predial elevado (sobre todo cuando, en casos como éste, en general los préstamos no son deducibles, lo cual puede tener consecuencias dramáticas para familias endeudadas en exceso). <<
[20] Este equilibrio depende de la importancia respectiva de los incentivos individuales y de los choques aleatorios en la determinación del rendimiento del capital. Según el caso, puede ser preferible gravar menos los ingresos del capital que los ingresos del trabajo (y apoyarse principalmente en un impuesto sobre las reservas de capital), o al contrario, gravar más los ingresos del capital (como en los países anglosajones hasta los primeros años ochenta, sin duda porque los ingresos del capital eran considerados particularmente arbitrarios). Véase T. Piketty y E. Saez, «A Theory of Optimal Capital Taxation», NBER Working Paper 17 989, abril de 2012 (versión resumida publicada como «A Theory of Optimal Inheritance Taxation», Econometrica, vol. 81, núm. 5, septiembre de 2013, pp. 1851-1886). <<
[21] Esto se deriva del hecho de que el valor capitalizado de la herencia en el curso de la vida no se conoce en el momento de la transmisión. Cuando una persona hereda un departamento parisino que en 1972 valía 100 000 francos, nadie sabe si ese bien valdrá un millón de euros en 2013 y le permitirá ganar o ahorrar más de los 40 000 euros anuales que costaría rentar una propiedad. Por ello, más que hacer pagar un elevado impuesto sobre la herencia en 1972, es más eficaz aplicar un impuesto sucesorio más limitado y cobrar cada año un impuesto predial, un impuesto por alquiler y, eventualmente, un impuesto sobre la fortuna, en función de la evolución del valor y del rendimiento del bien en cuestión. <<
[22] Véase T. Piketty y E. Saez, «A Theory of Optimal Capital Taxation», art. cit. Véase también el anexo técnico. <<
[23] Véase el capítulo XIV, gráfica XIV.2. <<
[24] Véase el capítulo X. <<
[25] Por ejemplo, para un bien inmueble de 500 000 euros, con un valor de alquiler anual del orden de 20 000 euros, la tasa anual estaría comprendida entre 2500 y 5000 euros. Estructuralmente, un impuesto sobre el capital aplicado cada año a una tasa de 4 a 5% sobre todos los patrimonios equivaldría a cobrar casi la totalidad de la parte de los ingresos del capital en el ingreso nacional, lo cual no parece ni justo ni realista, sobre todo porque hay, además, impuestos sobre los ingresos del capital. <<
[26] En 2013, cerca de 2.5% de la población europea adulta disponía de un patrimonio neto superior a un millón de euros, y más o menos 0.2% de la población rebasaba los cinco millones de euros. La recaudación anual estaría cerca de los 300 000 millones de euros, para un PIB de aproximadamente 15 billones de euros. Véanse el anexo técnico y el cuadro S5.1 para una estimación detallada y un simulador simplificado que permite estimar el número de contribuyentes y los ingresos asociados a otros esquemas tributarios posibles. <<
[27] El percentil superior posee actualmente en torno a 25% del patrimonio total, es decir, 125% del PIB europeo. El 2.5% más rico posee más o menos 40% del patrimonio total, esto es, aproximadamente 200% del PIB europeo. Por eso no debe sorprender que un impuesto con tasas marginales de 1 y 2% en ese grupo produzca una cuantía de unos dos puntos del PIB. La recaudación sería más elevada si las tasas se aplicaran a la totalidad del patrimonio y no a las fracciones superiores a esos umbrales. <<
[28] El impuesto de solidaridad sobre la fortuna (ISF) aplicado en Francia en 2013 afectaba a patrimonios gravables de más de 1.3 millones de euros (después de una deducción de 30% sobre el valor de la residencia principal), con tasas que iban de 0.7 a 1.5% sobre la fracción más elevada (superior a 10 millones de euros). Teniendo en cuenta los aumentos del umbral y de las deducciones, los ingresos que producía eran inferiores a 0.5% del PIB. En principio, se dice que un activo es profesional si el propietario ejerce una actividad en la empresa en cuestión. En la práctica, esta condición es difícil de apreciar y fácil de eludir, sobre todo cuando con el paso de los años se han agregado otros regímenes de exención (como los «pactos de accionistas», que también permiten deducciones parciales o totales del ISF cuando un grupo de accionistas se dedica a conservar su participación durante un plazo mínimo). Según los datos disponibles, los patrimonios más grandes se escapan en gran medida del ISF. La administración fiscal francesa publica muy pocas estadísticas detalladas por fracción de fortuna (mucho menos, por ejemplo, que los datos sucesorios a principios del siglo XX y hasta 1950-1960), lo cual oscurece aún más este ámbito. Véase el anexo técnico. <<
[29] Véase, sobre todo, el capítulo V, gráficas V.4 y siguientes. <<
[30] Los ingresos del impuesto progresivo sobre el capital pasarían entonces a tres o cuatro puntos del PIB, de los cuales uno a dos puntos provendrían del impuesto predial. Véase el anexo técnico. <<
[31] Por ejemplo, para justificar la reciente reducción de la tasa superior del ISF francés de 1.8 a 1.5%. <<
[32] Al respecto, véase P. Judet de la Combe, «Le Jour où Solon a aboli la dette des Athéniens», Libération, 31 de mayo de 2010. <<
[33] En realidad, hemos visto que una parte —cada vez mayor, conforme pasa el tiempo— del capital inmobiliario corresponde a mejoras aportadas a la tierra; aunque visto a muy largo plazo, el capital inmobiliario es, en el fondo, poco diferente de las otras formas de capital acumulables. Eso no impide que la acumulación de capital inmobiliario pueda rebasar ciertos límites y que su predominio corresponda a un mundo de crecimiento muy lento. <<
[34] Esto no impide dar a otros stakeholders (asalariados, comunidades, asociaciones, etc.) los medios para influir realmente en esas decisiones en forma de derecho a voto apropiado. Aquí la transparencia financiera puede ser esencial. Volveremos a ello en el próximo capítulo. <<
[35] La tasa impositiva óptima para el capital tiende precisamente a cerrar la brecha entre la tasa de rendimiento r y la tasa de crecimiento g, o cuando menos a limitar algunos de sus efectos. Por ejemplo, según ciertas hipótesis, la tasa impositiva óptima para las herencias es la proporcionada por la fórmula τ = 1 − G/R, donde G es la tasa de crecimiento generacional y R el rendimiento generacional del capital (de modo que la tasa tiende a 100% cuando el crecimiento es infinitamente débil respecto del rendimiento y hacia 0% cuando el crecimiento se acerca al rendimiento). Sin embargo, en general el asunto es más complejo, en particular porque el sistema ideal implica un esquema tributario anual y progresivo sobre el capital. Las principales fórmulas de tributación óptima (que permiten precisar los términos del debate, pero de ninguna manera dar respuestas preestablecidas, debido a lo numeroso de los efectos y a la dificultad de evaluarlos con precisión) se presentan y explican en el anexo técnico. <<
[36] Thomas Paine, en su propuesta de justicia agraria de 1795, contemplaba gravar las herencias hasta en un 10% (correspondiente, según él, a la parte no acumulada, en tanto que la parte acumulada no se gravaría, incluso cuando había sido constituida numerosas generaciones atrás). Ciertas propuestas sobre el «derecho nacional de herencia» que se hicieron durante la Revolución eran más radicales. Los derechos de sucesión y de transmisión que finalmente se adoptaron, después de mucho debatir, nunca fueron superiores a 1-2% en línea directa. Sobre estos debates y propuestas, véase el anexo técnico. <<
[37] A pesar de múltiples debates y propuestas estadunidenses y británicas, en particular entre 1960 y 1970, y de nuevo en 2000 a 2010. Véase el anexo técnico. <<
[38] Ese defecto de concepción se debe a que estos impuestos sobre el capital provenientes del siglo XIX se instauraron en un mundo sin inflación (o con baja inflación), donde parecía suficiente revisar los valores de los activos cada 10 o 15 años (para los activos inmobiliarios) o bien utilizar los valores de compra (sistema utilizado a menudo para los activos financieros). Estos sistemas de valores catastrales y fiscales se vieron profundamente perturbados por la inflación entre 1914 y 1945 y nunca han funcionado correctamente en un mundo caracterizado por una permanente inflación sustancial. <<
[39] Acerca de la historia del impuesto alemán al capital, su creación en Prusia en 1891 y su interrupción jurisdiccional en 1997 (la ley nunca fue abolida formalmente), véase F. Dell, L’Allemagne inégale. Inégalités de revenus et de patrimoine en Allemagne, dynamique d’accumulation du capital et taxation de Bismarck à Schröder, 1870-2005, Éditions de l’EHESS, París, 2008. Para el impuesto sueco sobre el capital, creado en 1947 (pero que en realidad existía como suplemento del impuesto sobre los ingresos del capital desde la década de 1910) y suprimido en 2007, véanse los trabajos ya citados de Ohlsson y de Waldenström, y las referencias que se incluyen como anexo. Las tasas de estos impuestos, en general, no fueron superiores a 1.5 o 2% sobre las riquezas más grandes, con un tope de 4% en Suecia en 1983 (aunque aplicado únicamente a valores fiscales sin gran relación con los valores de mercado). Además de este fenómeno de degeneración de las bases fiscales, que concierne también al impuesto sucesorio en los dos países, la percepción de competencia fiscal también tuvo que ver en el caso sueco, donde el impuesto sucesorio se suprimió en 2005. Este episodio, poco coherente con los valores de igualdad del país, ilustra la incapacidad creciente de los países pequeños de conducir una política autónoma. <<
[40] El impuesto sobre las grandes fortunas se introdujo en Francia en 1981, se suprimió en 1986 y se reintrodujo en 1988 como el impuesto de solidaridad sobre la fortuna. Los valores de mercado suelen tener variaciones bruscas que pueden parecer arbitrarias, pero tienen el mérito de proporcionar la única base objetiva aceptable para todos, a condición de ajustar regularmente las tasas y las fracciones impositivas, y de no dejar que los ingresos desaparezcan mecánicamente con las cotizaciones inmobiliarias; de lo contrario, se expone uno a la rebeldía fiscal, como la célebre Propuesta 13 adoptada en California en 1978 para limitar las alzas uniformes del impuesto a la propiedad (property tax). <<
[41] El impuesto español se aplica a patrimonios gravables de más de 700 000 euros (con 300 000 euros de deducción para la residencia principal), y la tasa más elevada es de 2.5% (en Cataluña aumentó a 2.75%). Aparte de Francia y España, en Suiza hay también un impuesto anual sobre el capital, con tasas relativamente bajas (menos de 1%) debido a la competencia entre cantones. <<
[42] Y a la inversa, impedir que un competidor extranjero se desarrolle (permanece en la memoria de la India la destrucción de su pequeña industria textil por el colonizador británico a principios del siglo XIX) a menudo puede tener consecuencias perdurables. <<
[43] Lo más sorprendente es que las escasas estimaciones de las ganancias económicas aportadas por la integración financiera extraen como conclusión una ganancia global bastante modesta (sin siquiera tener en cuenta los efectos negativos en la desigualdad y la inestabilidad, ignorados en esos estudios). Véase O. Jeanne y P. O. Gourinchas, «The Elusive Gains from International Financial Integration», Review of Economic Studies, vol. 73, núm. 3, 2006, pp. 715-741. Obsérvese que la posición del FMI respecto de la transmisión automática de información es generalmente imprecisa y cambiante, y casi siempre consiste en aprobar el principio para mejor torpedearlo cuando ya se aplica, en nombre de argumentos técnicos poco convincentes. <<
[44] La comparación más frecuente que se hace en la prensa contrasta, por una parte, el patrimonio promedio de los 535 miembros del Congreso estadunidense (que según sus declaraciones, fiables en principio, reunidas por el Center for Responsible Politics, sería de «sólo» 15 millones de dólares, cifra que parece mucho más elevada que en Europa, como habíamos indicado) y, por la otra, el patrimonio promedio de los 70 miembros más ricos de la Asamblea Nacional Popular de China, que es superior a los 1000 millones de dólares (según el Hurun Report 2012, clasificación de las fortunas chinas del tipo de Forbes, cuyos métodos son poco claros). Habida cuenta de los informes de población, sería más justificable comparar el patrimonio promedio de los 3000 miembros de la asamblea china (no parece haber estimaciones disponibles). Además, parecería que ser miembro de la asamblea china representa para estos millonarios una función principalmente honorífica (y no un trabajo de legislador). Quizás eso justificaría compararlos con los 70 donadores más ricos de la escena política estadunidense. <<
[45] Véase N. Qian y T. Piketty, «Income Inequality and Progressive Income Taxation in China and India: 1986-2015», American Economic Journal: Applied Economics, vol. 1, núm. 2, abril de 2009, pp. 53-63. <<
[46] Para una perspectiva de muy largo plazo que insista en el hecho de que durante mucho tiempo Europa ha sacado ventaja de su división (la competencia entre Estados estimula las innovaciones, sobre todo en materia de tecnología militar), antes de que se convirtiera en una desventaja frente a China, véase J.-L. Rosenthal y R. B. Wong, Before and Beyond Divergence. The Politics of Economic Change in China and Europe, Harvard University Press, Cambridge, 2011, 276 pp. <<
[47] Véase el anexo técnico. <<
[48] En el periodo 2000-2010, los índices de inmigración de carácter permanente (expresados en porcentaje de la población del país anfitrión) llegaron a 0.6-0.7% anual en varios países europeos (Italia, España, Suecia y Reino Unido) comparados con 0.4% en los Estados Unidos y 0.2-0.3% en Francia y Alemania. Véase el anexo técnico. Con la crisis, ciertos flujos ya empezaron a revertirse, en particular entre el sur de Europa y Alemania. Considerando Europa en su conjunto, la inmigración permanente estuvo muy cerca del nivel de la estadunidense en el periodo mencionado. No obstante, la natalidad sigue siendo sensiblemente más sólida en América del Norte. <<