La palabra «amor» no tiene, en absoluto, el mismo sentido para uno y otro de ambos sexos, y ello constituye una fuente de los graves malentendidos que los separan. Byron ha dicho, justamente, que el amor no es en la vida del hombre más que una ocupación, mientras que para la mujer es la vida misma. Es la propia idea que expresa Nietzsche en La gaya ciencia:
La misma palabra amor —dice— significa, en efecto, dos cosas diferentes para el hombre y para la mujer. Lo que la mujer entiende por amor está bastante claro: no es solamente la abnegación, sino una entrega total del cuerpo y del alma, sin restricciones, sin consideración a nada. Esta ausencia de condiciones es lo que hace de su amor una fe