109 Es notable que el culto al padre se encuentre, sobre todo, en la hija mayor: el hombre se interesa más por una primera paternidad; con frecuencia es él quien consuela a su hija, igual que consuela al hijo, cuando la madre es acaparada por nuevos retoños, y la niña se adherirá ardientemente a él. Por el contrario, la hija menor no posee jamás al padre sin compartirlo; por lo general, tiene celos de él y de su hermana mayor al mismo tiempo; se fija en esta, a quien la complacencia del padre reviste de un gran prestigio, o se vuelve hacia su madre, o se rebela contra su familia y busca ayuda fuera de la misma. En las familias numerosas, la menor de las hijas halla de manera distinta un lugar privilegiado. Bien entendido que numerosas circunstancias pueden motivar en el padre predilecciones singulares. Pero casi todos los casos que yo conozco confirman esta observación sobre las actitudes inversas de la hija mayor y la menor.<<