(33) Habiendo visto una vez unas mujeres ahorcadas en un olivo, dijo: «¡Ojalá todos los árboles trajeran este fruto!»

Pongo este texto aquí porque me quedo mirándolo sin entender cada vez que lo leo. No sé comentarlo. ¡Vaya! ¿Cómo voy a poder comentarlo si no lo entiendo? Un amigo de las paradojas me aconsejaría: «Ponga eso, diga que ése es su comentario, que no sabe comentarlo. Sea retórico, no sea tonto».

¿Quiere Diógenes que ahorquen a las mujeres por el solo hecho de ser mujeres? ¿Quiere eso, el exterminio de la raza humana? Porque el más tardo de los imbéciles vería que una cosa no va sin la otra. ¿Difunde Diógenes una doctrina así, desalentando a medio mundo de casarse, masturbándose en público? En una de las cartas que se le atribuyen, aunque no fueron escritas sino dos siglos después de su muerte, se lee: «Si la raza humana desapareciera, no habría más razón de lamentarse que si desaparecieran las moscas».

Pero, igual choca esta historia de las mujeres ahorcadas. Parece nada más que otro añadido obsceno y cruel a los que, indudablemente, forman parte de las anécdotas de Diógenes. Está ahí, en el libro VI de las Vidas de los Filósofos Célebres. No hay una frase de comentario. Nunca encontré nada que me orientara a propósito de esta historia. ¿Quiénes son esas mujeres, cuántas son, por qué fueron ahorcadas? Muchas veces he estado pensando y pensando en esta historia. Como un recién llegado al mundo y tonto por añadidura, me pregunto: ¿Qué sabemos del pasado, de la vida que millones y millones de semejantes gozaron y padecieron?

Pero, vean qué hacer con la técnica de la composición de lugar. Veo a Diógenes ascender cansado, apoyarse en su báculo y mirar en torno. ¿Qué es eso? De un árbol penden desnudos tres o cuatro cuerpos. Son mujeres. Vean a Diógenes contemplando los cuerpos y traten de escuchar… Yo sólo oigo suspiros.

¡Cómo habrá odiado a Diógenes el que inventó esta historia! Historiadores como éstos le cuelgan a Diógenes otras dos mujeres: nada menos que Lais, de Corinto, y Friné, de Atenas. ¡Vaya!