Capítulo XXII
De las costumbres y grandezas de Motezuma
Dió este rey en hacerse respetar, y aun cuasi adorar como Dios. Ningún plebeyo le había de mirar a la cara, y si lo hacía, moría por ello: jamás puso sus pies en el suelo, sino siempre llevado en hombros de señores; y si había de bajarse, le ponían una alfombra rica donde pisase. Cuando iba camino, había de ir él y los señores de su compaña por uno como parque hecho de propósito, y toda la otra gente por defuera del parque a uno y otro lado: jamás se vestía un vestido dos veces, ni comía, ni bebía en una vasija, o plato más de una vez: todo había de ser siempre nuevo; y de lo que una vez se había servido, dábalo luego a sus criados, que con estos percances andaban ricos y lucidos.
Era en extremo amigo de que se guardasen sus leyes: acaecíale cuando volvía con victoria de alguna guerra, fingir que iba a alguna recreación, y disfrazarse para ver, si por no pensar que estaba presente, se dejaba de hacerse algo de la fiesta o recibimiento: y si en algo se excedía o faltaba, castigábalo sin remedio. Para saber cómo hacían su oficio sus ministros, también se disfrazaba muchas veces, y aún echaba quien ofreciese cohechos a sus jueces, o les provocase cohechos a sus jueces, o les provocase a cosa mal hecha, y en cayendo en algo de esto, era luego sentencia de muerte con ellos. No curaba que fueran señores, ni aun deudos, ni aun propios hermanos suyos, porque sin remisión moría el que delinquía: su trato con los suyos era poco, raras veces se dejaba ver; estábase encerrado mucho tiempo, y pensando en el gobierno de su reino.
Demás de ser justiciero y grave, fué muy belicoso, y aun muy venturoso, y así alcanzó grandes victorias, y llegó a toda aquella grandeza que por estar ya escrita en historia de España, no me parece repetir más. Y en lo que aquí adelante se dijere, sólo terné cuidado de escribir lo que los libros y relaciones de los indios cuentan, de que nuestros escritores españoles no hacen mención, por no haber tanto entendido los secretos de aquella tierra, y son cosas muy dignas de ponderar, como agora se verá.