Capítulo XI
Del gobierno y reyes que tuvieron
Cosa es averiguada que en lo que muestran más los bárbaros su barbarismo es en el gobierno y modo de mandar, porque cuanto los hombres son más llegados a razón, tanto es más humano y menos soberbio el gobierno, y los que son reyes y señores se allanan y acomodan más a sus vasallos, conociéndolos por iguales en naturaleza, e inferiores en tener menor obligación de mirar por el bien público; mas entre los bárbaros todo es al revés, porque es tiránico su gobierno, y tratan a sus súbditos como a bestias y quieren ser ellos tratados como dioses. Por esto muchas naciones y gentes de indios no sufren reyes ni señores absolutos, sino viven en behetría, y solamente para ciertas cosas, mayormente de guerra, crían capitanes y príncipes, a los cuales durante aquel ministerio obedecen, y después se vuelven a sus primeros oficios.
De esta suerte se gobierna la mayor parte de este nuevo orbe, donde no hay reinos fundados, ni repúblicas establecidas, ni príncipes o reyes perpetuos y conocidos, aunque hay algunos señores y principales que son como caballeros aventajados al vulgo de los demás. De esta suerte pasa en toda la tierra de Chile, donde tantos años se han sustentado contra españoles los araucanos y los de Tucapel y otros. Así fué todo lo del nuevo reino de Granada y lo de Guatimala, y las islas y toda la Florida y el Brasil y Luzón y otras tierras grandísimas, excepto que en muchas de ellas es aún mayor el barbarismo, porque apenas conocen cabeza, sino todos de común mandan y gobiernan, donde todo es antojo y violencia y sinrazón y desorden, y el que más puede, ése prevalece y manda.
En la India oriental hay reinos amplios y muy fundados, como el de Siam, el de Bisnaga y otros, que juntan ciento y doscientos mil hombres en campo cuando quieren; y, sobre todo, es la grandeza y poder del reino de la China, cuyos reyes, según ellos refieren, han durado más de dos mil años, por el gran gobierno que tienen. En la India occidental solamente se han descubierto dos reinos o imperios fundados, que es el de los mejicanos en la Nueva España y el de los Ingas en el Perú; y no sabría yo decir fácilmente cuál de éstos haya sido más poderoso reino, porque en edificios y grandeza de corte, excedía el Motezuma a los del Perú: en tesoros, riqueza y grandeza de provincias excedían los Ingas a los de Méjico: en antigüedad era más antiguo el reino de los Ingas, aunque no mucho; en hechos de armas y victorias paréceme haber sido iguales.
Una cosa es cierta, que en buen orden y policía hicieron estos dos reinos gran ventaja a todos los demás señoríos de indios que se han descubierto en aquel nuevo mundo, como en poder y riqueza, y mucho más en superstición y culto de sus ídolos la hicieron, siendo muy semejantes en muchas cosas; en una eran bien diferentes, que en los mejicanos la sucesión del reino era por elección, como el Imperio Romano, y en los del Perú era por herencia y sangre, como en los reinos de España y Francia. De estos dos gobiernos (como de lo más principal y más conocido de los indios) se tratará lo que pareciere hacer al propósito, dejando muchas menudencias y prolijidades, que no importan.