Capítulo XX

Que con todo eso es más conforme a buena razón pensar que vinieron por tierra los primeros pobladores de Indias

Concluyo, pues, con decir que es bien probable de pensar, que los primeros aportaron a Indias por naufragio y tempestad de mar. Mas ofrécese aquí una dificultad, que me da mucho en qué entender, y es que ya que demos que hayan venido hombres por mar a tierras tan remotas, y que de ellos se han multiplicado las naciones que vemos; pero las bestias y alimañas, que cría el nuevo orbe, muchas y grande, no sé cómo nos demos maña a embarcarlas y llevarlas por mar a las Indias. La razón porque nos hallamos forzados a decir que los hombres de las Indias fueron de Europa o de Asia es, por no contradecir a la sagrada Escritura, que claramente enseña, que todos los hombres descienden de Adán, y así no podemos dar otro origen a los hombres de Indias. Pues la misma divina Escritura también nos dice, que todas las bestias y animales de la tierra perecieron, sino las que se reservaron para propagación de su género, en el arca de Noé. Así también es fuerza reducir la propagación de todos los animales dichos a los que salieron del arca en los montes de Ararat, donde ella hizo pie; de manera que como para los hombres, así también para las bestias, nos es necesidad buscar camino, por donde hayan pasado del viejo mundo al nuevo.

San Agustín, tratando esta cuestión: cómo se hallan en algunas islas lobos, y tigres y otras fieras, que no son de provecho para los hombres, porque de los elefantes, caballos, bueyes, perros y otros animales de que se sirven los hombres, no tiene embarazo pensar, que por industria de hombres se llevaron por mar con naos, como los vemos hoy día, que se llevan desde oriente a Europa, y desde Europa al Perú con navegación tan larga; pero de los animales, que para nada son de provecho, y antes son de mucho daño, como son lobos, en qué forma hayan pasado a las islas, si es verdad, como lo es, que el diluvio bañó toda la tierra, tratándolo el sobredicho santo y doctísimo varón, procura librarse de estas angustias, con decir, que tales bestias pasaron a nado a las islas o alguno por codicia de cazar las llevó, o fué ordenación de Dios, que se produjesen, de la tierra, al modo que en la primera creación dijo Dios: Produzca la tierra ánima viviente en su género, jumentos y animales rateros, y fieras del campo, según sus especies.

Mas cierto que si queremos aplicar esta solución a nuestro propósito, más enmarañado se nos queda el negocio. Porque comenzando de lo postrero, no es conforme al orden de naturaleza, ni conforme al orden del gobierno que Dios tiene puesto, que animales perfectos, como leones, tigres y lobos, se engendren de la tierra sin generación. De ese modo se producen ranas y ratones, y avispas y otros animales imperfectos. Mas ¿a qué propósito la Escritura tan por menudo dice: Tomarás de todos los animales, y de las aves del cielo siete y siete, machos y hembras, para que se salve su generación sobre la tierra, si había de tener el mundo tales animales después del diluvio por nuevo modo de producción sin junta de macho y hembra? Y aún queda luego otra cuestión: ¿por qué naciendo de la tierra, conforme a esta opinión, tales animales, no los tienen todas las tierras, e islas, pues ya no se mira el orden natural de multiplicarse, sino sola la liberalidad del Criador?

Que hayan pasado algunos animales de aquellos por pretensión de tener caza, que era otra respuesta, no lo tengo por cosa increíble, pues vemos mil veces que para sola grandeza suelen príncipes y señores tener en sus jaulas leones, osos y otras fieras, mayormente cuando se han traído de tierras muy lejos. Pero esto creerlo de lobos y de zorras, y de otros tales animales bajos y sin provecho, que no tienen cosa notable, sino sólo hacer mal a los ganados, y decir que para caza se trajeron por mar, por cierto es cosa muy sin razón. ¿Quién se podrá persuadir, que con navegación tan infinita, hubo hombres, que pusieron diligencia en llevar al Perú zorras, mayormente las que llaman añas, que es un linaje el más sucio y hediondo de cuantos he visto? ¿Quién dirá que trajeron leones y tigres? Harto es, y aun demasiado, que pudiesen escapar los hombres con las vidas en tan prolijo viaje, viniendo con tormenta, como hemos dicho, cuanto más tratar de llevar zorras y lobos, y mantenerlos por mar. Cierto es cosa de burla aun imaginarlo.

Pues si vinieron por mar estos animales, sólo resta, que hayan pasado a nado. Esto ser cosa posible y hacedera, cuanto a algunas islas que distan poco de otras, o de la tierra firme, no se puede negar la experiencia cierta, con que vemos, que por alguna grave necesidad a veces nadan estos animales días y noches enteras, y al cabo escapan nadando; pero esto se entiende en golfillos pequeños. Porque nuestro océano haría burla de semejantes nadadores, pues aún a las aves de gran vuelo les faltan las alas para pasar tan gran abismo. Bien se hallan pájaros, que vuelen más de cien leguas, como los hemos visto navegando diversas veces: pero pasar todo el mar océano volando es imposible, o a lo menos muy difícil. Siendo así todo lo dicho, ¿por dónde abriremos camino para pasar fieras y pájaros a las Indias?, ¿de qué manera pudieron ir del un mundo al otro?

Este discurso que he dicho, es para mí una gran conjetura para pensar que el nuevo orbe, que llamamos Indias, no está del todo diviso y apartado del otro orbe. Y por decir mi opinión, tengo para mí días ha, que la una tierra y la otra en alguna parte se juntan, y continúan, o a lo menos se avecinan y allegan mucho. Hasta ahora, a lo menos no hay certidumbre de lo contrario. Porque al polo ártico, que llaman norte, no está descubierta y sabida toda la longitud de la tierra: y no faltan muchos que afirmen, que sobre la Florida corre la tierra larguísimamente al septentrión, la cual dicen que llega hasta el mar Seítico, o hasta el Germánico. Otros añaden que ha habido nave que, navegando por allí, relató haber visto los Bacallaos correr hasta los fines cuasi de Europa. Pues ya sobre el cabo Mendocino en la mar del sur, tampoco se sabe hasta dónde corre la tierra, made que todos dicen que es cosa inmensa lo que corre. Volviendo al otro polo del sur, no hay hombre que sepa dónde para la tierra, que está de la otra banda del Estrecho de Magallanes. Una nao del Obispo de Plasencia, que subió del Estrecho, refirió que siempre había visto tierra, y lo mismo contaba Hernando Lamero, piloto, que por tormenta pasó dos o tres grados arriba del estrecho. Así que ni hay razón en contrario, ni experiencia que deshaga mi imaginación, u opinión de que toda la tierra se junta, y continúa en alguna parte, a lo menos se allega mucho.

Si esto es verdad, como en efecto me lo parece, fácil respuesta tiene la duda tan difícil que habíamos propuesto: como pasaron a las Indias los primeros pobladores de ellas, porque se ha de decir, que pasaron, no tanto navegando por mar, como caminando por tierra; y ese camino lo hicieron muy sin pensar, mudando sitios y tierras poco a poco; y unos poblando las ya halladas, otros buscando otras de nuevo, vinieron por discurso de tiempo a henchir las tierras de Indias de tantas naciones y gentes y lenguas.

Historia natural y moral de las Indias
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
dedicadoa.xhtml
proemio.xhtml
libroprimero.xhtml
k001.xhtml
k002.xhtml
k003.xhtml
k004.xhtml
k005.xhtml
k006.xhtml
k007.xhtml
k008.xhtml
k009.xhtml
k010.xhtml
k011.xhtml
k012.xhtml
k013.xhtml
k014.xhtml
k015.xhtml
k016.xhtml
k017.xhtml
k018.xhtml
k019.xhtml
k020.xhtml
k021.xhtml
k022.xhtml
k023.xhtml
k024.xhtml
k025.xhtml
librosegundo.xhtml
k026.xhtml
k027.xhtml
k028.xhtml
k029.xhtml
k030.xhtml
k031.xhtml
k032.xhtml
k033.xhtml
k034.xhtml
k035.xhtml
k036.xhtml
k037.xhtml
k038.xhtml
k039.xhtml
advertencia.xhtml
librotercero.xhtml
k040.xhtml
k041.xhtml
k042.xhtml
k043.xhtml
k044.xhtml
k045.xhtml
k046.xhtml
k047.xhtml
k048.xhtml
k049.xhtml
k050.xhtml
k051.xhtml
k052.xhtml
k053.xhtml
k054.xhtml
k055.xhtml
k056.xhtml
k057.xhtml
k058.xhtml
k059.xhtml
k060.xhtml
k061.xhtml
k062.xhtml
k063.xhtml
k064.xhtml
k065.xhtml
k066.xhtml
librocuarto.xhtml
k067.xhtml
k068.xhtml
k069.xhtml
k070.xhtml
k071.xhtml
k072.xhtml
k073.xhtml
k074.xhtml
k075.xhtml
k076.xhtml
k077.xhtml
k078.xhtml
k079.xhtml
k080.xhtml
k081.xhtml
k082.xhtml
k083.xhtml
k084.xhtml
k085.xhtml
k086.xhtml
k087.xhtml
k088.xhtml
k089.xhtml
k090.xhtml
k091.xhtml
k092.xhtml
k093.xhtml
k094.xhtml
k095.xhtml
k096.xhtml
k097.xhtml
k098.xhtml
k099.xhtml
k100.xhtml
k101.xhtml
k102.xhtml
k103.xhtml
k104.xhtml
k105.xhtml
k106.xhtml
k107.xhtml
k108.xhtml
libroquinto.xhtml
k109.xhtml
k110.xhtml
k111.xhtml
k112.xhtml
k113.xhtml
k114.xhtml
k115.xhtml
k116.xhtml
k117.xhtml
k118.xhtml
k119.xhtml
k120.xhtml
k121.xhtml
k122.xhtml
k123.xhtml
k124.xhtml
k125.xhtml
k126.xhtml
k127.xhtml
k128.xhtml
k129.xhtml
k130.xhtml
k131.xhtml
k132.xhtml
k133.xhtml
k134.xhtml
k135.xhtml
k136.xhtml
k137.xhtml
k138.xhtml
k139.xhtml
k140.xhtml
librosexto.xhtml
k141.xhtml
k142.xhtml
k143.xhtml
k144.xhtml
k145.xhtml
k146.xhtml
k147.xhtml
k148.xhtml
k149.xhtml
k150.xhtml
k151.xhtml
k152.xhtml
k153.xhtml
k154.xhtml
k155.xhtml
k156.xhtml
k157.xhtml
k158.xhtml
k159.xhtml
k160.xhtml
k161.xhtml
k162.xhtml
k163.xhtml
k164.xhtml
k165.xhtml
k166.xhtml
k167.xhtml
k168.xhtml
librosetimo.xhtml
k169.xhtml
k170.xhtml
k171.xhtml
k172.xhtml
k173.xhtml
k174.xhtml
k175.xhtml
k176.xhtml
k177.xhtml
k178.xhtml
k179.xhtml
k180.xhtml
k181.xhtml
k182.xhtml
k183.xhtml
k184.xhtml
k185.xhtml
k186.xhtml
k187.xhtml
k188.xhtml
k189.xhtml
k190.xhtml
k191.xhtml
k192.xhtml
k193.xhtml
k194.xhtml
k195.xhtml
k196.xhtml