UN REBELDE GRITA: «¡Mataron al general!», y la tropa se desmoraliza. Un teniente mata al rebelde de un tiro por la espalda y se levanta para gritar: «¡El general no está muerto!», a diestra y a siniestra: «¡El comandante en jefe está vivo!». Los rebeldes se reagrupan y avanzan sobre el enemigo, ganando la batalla cuando más parecía que estaba perdida.