Dedicatoria
En mi vida personal he podido disfrutar de la compañía de tres gatos, para mí ilustres: Mira, Finus y Patuchas; estos tres seres vivos maravillosos me permitieron comprender el toque mágico de los felinos, su extrema elegancia, su incomparable agilidad, su callada compañía…
Como profesional han sido miles los mininos que han tenido que padecer mis pruebas diagnósticas, tratamientos, cirugías… y, a pesar de ellos, muchos, estoy convencido, me tienen un gran y felino aprecio.
Este libro quería dedicárselo a mis tres gatos y a todos los que como ellos llegaron, de una u otra forma, de la calle; a los miles, millones de potenciales compañeros que circulan por nuestras avenidas, por nuestros pueblos, con la única intención de vivir.
Y una dedicatoria especial, aparte de la de los irracionales: todo mi cariño, respeto, devoción y ayuda para las entidades de protección animal que todos los días se preocupan de las colonias callejeras, de las camadas que aparecen en los contenedores, de los quemados, los apaleados… de los abandonados… Como siempre digo, estas personas son los ángeles de la guarda, vivos y sin alas, que hacen el trabajo que deberían realizar las administraciones… ¡Qué país!
Un dulce ronroneo para los de cuatro patas y todo tipo de muestras efusivas para los de dos.