La domesticación del gato
Después de meditarlo y de informarnos de las distintas razas y sus características, hemos de asegurarnos de que tenemos tiempo suficiente para estar con el animal y de que poseemos los suficientes recursos económicos para lo previsible y los imprevistos. Si es así ya podemos afrontar la búsqueda de nuestro amigo.
Por supuesto, además de informarnos sobre las distintas, variadas y bellísimas razas, también podemos y debemos plantearnos la opción de la adopción: ofrecer una nueva oportunidad a un animal que lo necesita.
Una vez que el animal, adulto o cachorro, llega a nuestra casa no podemos pretender que en el primer instante de depositar sus delicadas almohadillas en su nuevo territorio, se ponga a jugar con nosotros; los primeros días pueden ser complicados, dependiendo, por supuesto, de las experiencias previas del animal.
No nos debe extrañar que el animal se refugie bajo la cama, tras un mueble, que no se acerque con la «alegría» y disposición que deseamos… Démosle tiempo y no le agobiemos.
Esta situación de adaptación progresiva a su nuevo territorio tiene un tiempo, el que necesite cada individuo, por lo que la paciencia por nuestra parte será fundamental. Si la situación se prolonga, o el gato presenta comportamientos agresivos, deberemos acudir a un etólogo, especialista en comportamiento felino.
Es esencial la edad del animal para la adaptación; la socialización de los gatos se produce en las primeras semanas de vida, por lo que el contacto con el ser humano tras el destete y, antes de las siete semanas de vida, debe ser continuo y diario.
Vamos a comentar unas pautas que nos facilitarán la adaptación del felino a nuestro entorno humano:
- Elegiremos una habitación tranquila (el estrés en los primeros días puede acarrear molestas consecuencias) que el animal pueda utilizar durante los primeros días; en ella tendrá todo lo necesario: bandeja de arena, agua, comida… es importante esta separación del resto, sobre todo si existen otros animales en casa y «locos bajitos».
- Intentaremos facilitar al animal el mismo tipo de lecho absorbente al que estuviera acostumbrado con anterioridad; si no sabemos el tipo de lecho, comenzaremos por la sepiolita, es la más aceptada por los felinos. Es importante que la higiene de la bandeja sea escrupulosa para conseguir buenos hábitos desde el primer día.
- Al estar todos los elementos en la misma habitación, intentaremos alejar lo más posible la bandeja con el lecho absorbente de la comida y el agua; el territorio de eliminación y el de alimentación deben estar definidos y no «entremezclarse» a ojos de nuestro desorientado animal.
- No es imprescindible como veremos más adelante elegir un lugar de descanso concreto (cojín, manta…); el gato tiene entre otras «virtudes» la de elegir el sitio de descanso que menos esperaríamos… por muy «mona» que sea la cama que con todo cariño le hemos comprado.
- Sin embargo, sí es interesante que le proporcionemos algo similar a un refugio, una «cueva» donde meterse para sentirse más protegido. Una buena opción es su trasportín de viaje, quitándole la puerta y rociándolo con feromonas (ya comentaremos sus ventajas extensamente); con esta acción conseguimos que el animal tenga un lugar seguro y que «vea con buenos ojos» ese artilugio en el que más de una vez va a tener que desplazarse.
- El uso de feromonas también es conveniente en toda la habitación; existen dispensadores que se aplican al enchufe y permiten que el animal se encuentre mucho más tranquilo, lo que permite una rápida adaptación.
- En estos animales es muy importante la memoria asociativa… Aprovechemos el momento de llevarle la comida, el agua, retirar los excrementos… para tocar al animal si se aproxima.
- Intentaremos pasar cada vez más tiempo a su lado sin forzar la situación: leyendo un libro, escuchando música o viendo la tele con un sonido controlado… Eso le permitirá adaptarse a su futura vida fuera de su habitación «de tránsito».
La socialización en el caso de los gatos es mucho más corta que la de los perros. un estudio realizado por Karsh en 1984 demostró lo que ya hemos comentado, que ésta se da entre el fin de la segunda semana de vida y la séptima, por lo que en este periodo nuestro papel es muy importante para socializar al gato y acostumbrarle al ser humano.
Los gatos son mucho más independientes, aunque durante los primeros días tienen un comportamiento muy similar al de los perros: se muestran ansiosos y nerviosos cuando su madre se aleja y se tranquilizan con la llegada de ésta.
Otra de las diferencias entre felinos y cánidos familiares es que el papel de madre y el vínculo con ella, los gatos nunca lo establecerán con una persona.
Algunos estudios están analizando casos de felinos que han sido alimentados desde los primeros días por personas y luego han desarrollado una relación de apego infrecuente (hiperapego), puesto que llegan a desarrollar un problema de comportamiento (ansiedad por separación) cuando están solo en la casa.
Algunos de estos factores determinantes para la presencia o ausencia de problemas:
- Está demostrado que la manipulación de la hembra durante el periodo de gestación es muy positiva para la futura relación de las crías con las personas. De igual forma, es muy importante que inmediatamente después del parto las crías sean tocadas, acariciadas y que les hablemos…
- No es recomendable exponerles a grandes ruidos o situaciones muy estresantes, puesto que pueden convertirse en animales desconfiados y nerviosos.
- Cuanto mayor sea la cantidad de estímulos y el número de personas con las que estén en contacto, su carácter será mucho menos introvertido, miedoso o tímido.
- Algunos estudios concluyen que el carácter de la madre influye en la «personalidad» de sus cachorros y que en las camadas numerosas la socialización es más positiva.
- Nuestro propio carácter también influye decisivamente en el carácter de nuestro gato. Aunque no existen resultados concluyentes al respecto, es palpable que algunas personas nunca tienen gatos «antisociales», independientemente de las circunstancias de su llegada al hogar; podríamos decir que existen personas con «buena mano» para los felinos.
- Se ha comprobado que si una familia adopta dos gatitos al mismo tiempo, la relación de éstos hacia las personas será más distante, pero entre ellos se establecerá una relación muy sólida.