El gato que sale al exterior
En el caso de los felinos que pasan parte de sus tiempo en el exterior podemos decir que ciertos problemas desaparecen y otros hacen acto de presencia con gran fuerza.
El gato que sale al exterior se enfrenta a diversos peligros: accidentes, peleas con otros animales, transmisión de enfermedades…
Pero este riesgo de la salida al exterior se ve parcialmente compensada por ciertos beneficios; el gato que sale fuera de casa tiene un menor riesgo de padecer obesidad, su continuo ir y venir, sus actividades de caza persecución y su incansable curiosidad evitan en gran medida el sobrepeso.
En lo relativo a la formación de botas de pelo en el aparato digestivo, los gatos que salen al exterior dedican mucho menos tiempo que los de interior al atusado; además, al estar sometidos a los cambios climáticos, solo padecerán dos mudas estacionales, con lo que perderán menos pelo e ingerirán menos cantidad del mismo mediante el atusado.