Las uñas
La estructura de la uña o garra del gato está diseñada para que sólo sea utilizada en caso de necesidad; mientras el animal está en reposo, las uñas se encuentran ocultas bajo la piel; en caso de ser necesarias, saldrán al exterior con toda su contundencia y eficacia.
La uña está formada por un tejido duro (tejido córneo) que alberga en su interior vasos sanguíneos (arteria y vena) y terminación nerviosa.
Entre las principales funciones, aparte del marcaje, de las uñas del gato encontramos las siguientes:
- Caza: en el caso de los animales que disfrutan de la libertad o
de la semilibertad, las uñas son un instrumento fundamental para
dar alcance a la presa y para mantenerla controlada mientras es
ingerida.
En el caso de los animales que viven dentro de casa, la función de caza de las presas es innecesaria, pero se ve sustituida por el juego de persecución y «caza» de los tobillos de los propietarios…
- Defensa: no sólo son útiles para la caza… las uñas son un
excelente medio de defensa del animal ante el ataque de otros
predadores, animales del entorno…
Las uñas sólo saldrán al exterior y serán utilizadas por el felino cuando la situación sea verdaderamente «importante»; cuando el felino no quiere atacar o defenderse, cuando sólo quiere amedrentar a su contrincante, dará un golpe con una o las dos manos, pero sin sacar las uñas.
- Locomoción: en los gatos que viven dentro de la casa, la presencia de las uñas suele ser más una molestia para el propietario que un beneficio para el animal; un gato de apartamento sólo usará las uñas para subirse a algún lugar muy concreto… pero no las necesita como aquel que viven en el exterior y precisa trepar a un árbol.
Como hemos podido comprobar hasta el momento, las uñas en los felinos «caseros» pueden acabar siendo un problema y un gran inicio de distanciamiento entre el animal y el propietario.
Para el cuidado habitual de las uñas, para evitar conflictos relacionales, deberíamos tener en cuenta los siguientes puntos:
- Se debe acostumbrar al gatito desde su llegada al hogar al uso de r ascadores; si jugamos con el animal y el rascador, si el animal impregna los olores de sus glándulas interdigitales en estos útiles enseres, el afilado de sus uñas y el marcaje con las manos no se realizará en muebles de alto valor económico o sentimental.
- Si acostumbramos al gato al corte habitual de sus uñas, si nos dejamos asesorar previamente por los profesionales, el gato no tendrá miedo, pánico al cortaúñas y a la acción que provoca; si cortamos cuando nos apetece y por donde nos apetece, no conseguiremos establecer una rutina y podremos hacer mucho daños al animal.
Antes de terminar con las posibilidades de control de los efectos indeseados de las uñas, comentaros que existe una opción que soluciona de forma «radical» todos los problemas que las uñas del gato provocan a su propietario.
Esta solución pasa por la extirpación quirúrgica de las uñas del animal… Sobre esta acción quirúrgica existen opiniones profesionales a favor y en contra…
Los que defienden la cirugía proponen su sencillez, al ser una solución definitiva que no provoca traumas comportamentales al animal, además de añadir que aquellos animales que viven siempre dentro de casa no necesitan las uñas…
Los que están en contra lo consideran una amputación innecesaria, una cirugía cuyas consecuencias pueden manifestarse en el comportamiento del animal, limitando sus funciones naturales…
Todos están de acuerdo en que no debe hacerse en animales con vida en libertad o semilibertad, ya que anularía su capacidad para la caza, defensa y cualquier otra salida o situaciones de riesgo.