Elección del animal
La elección del gatito «fácilmente educable» debe tener en cuenta al menos los siguientes puntos:
- Elegir, si es posible, un animal de no más de siete semanas, como ya hemos comentado y no nos cansaremos de repetir, al ser el mejor momento para socializarse con el ser humano.
- Procedencia del animal: con ello sabremos la interacción del animal con otros animales, personas…
- Experiencia de los componentes de la familia en el trato con felinos; en el caso de no tener experiencia debemos apoyarnos aún más en los expertos.
- Comprobar su temperamento: debemos tener presentes los siguientes puntos y valorarlos con ayuda del profesional:
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- Miedo
- Reacción del animal a personas desconocidas.
- Respuestas a ruidos intensos.
- Presentación de conductas excesivamente sumisas.
- Excitabilidad
- llevarlo a un lugar tranquilo y observarlo.
- Sentarlo o tumbarlo durante 30 segundos.
- Resistencia a la manipulación
- Llevarlo en brazos.
- Rodear su hocico con la mano.
- Cortarle las uñas.
- Cepillarle el pelo.
- Sociabilidad
- Cogerlo y acariciarlo.
- Dejarlo solo y llamarlo.
- Miedo
Algunos expertos en comportamiento animal han identificado dos tipos de personalidades muy generales de los gatos: unos prefieren jugar, otros prefieren las caricias.
Lo que sí podemos asegurar es que todos los gatos son producto de varias fuentes de influencia clasificadas en dos grandes ámbitos: la herencia genética y las experiencias. Conociendo y observando a los padres de los gatitos podríamos obtener muchos datos de los posibles comportamientos futuros de su descendencia. Los gatos que proceden de entornos «controlados», animales socializados, serán más «sencillos» en su manejo que aquellos que tienen un bagaje de experiencias negativas.
Al tener tanta importancia para el comportamiento futuro las experiencias vividas por el animal, debemos tener en cuenta los siguientes puntos:
- Proporcionar el mayor número de estímulos:
- Contacto con todo tipo de seres vivos: niños, bebés, jóvenes, adultos con y sin barba, gafas, gorras… otros animales y, cómo no, con el veterinario.
- Exponerlos a todo tipo de ambientes y objetos: coche, trasportín, aspiradora, juguetes mecánicos (trenes, coches…), clínica veterinaria…
- Acostumbrar al animal a todo tipo de manipulaciones: cepillados, caricias, corte de uñas, administración de fármacos…
- Educación básica: enseñaremos al animal aquello que pretendemos que cumpla, teniendo en cuenta que los felinos no tiene el mismo grado de sumisión y aceptación de educación que el perro.
Podemos utilizar premios igual que con los perros (asociar el premio a la acción deseada) y debemos tener muy presente que un gato no aceptará las voces altas ni los castigos (y mucho menos los físicos).
Y por último, tengamos siempre presente que aproximadamente el 15 por ciento de los gatos se resiste a la socialización con las personas.