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Intentémoslo de nuevo
En demasiadas ocasiones solemos escuchar que a los gatos no se les puede educar, que sus conductas no deseadas no pueden ser manejadas… ¡¡Nada más lejos de la realidad!!
Un gato reaccionará adecuadamente a las pautas educativas pensadas para su especie; lo que sin duda nunca funcionará en el intento educativo de un felino, es la utilización de las pautas empleadas habitualmente en el caso de los perros.
Como en cualquier animal doméstico al que estemos educando, debemos tener presente el correcto asesoramiento del profesional, así como grandes dosis de paciencia; el uso de los castigos y de los refuerzos como medios de apoyo para conseguir el fin deseado, completarán el núcleo de medidas necesarias para lograr los resultados esperados.
Tenemos un problema con el gato… ¿Cuáles son los principales datos que hay que tener en cuenta?
- Datos del animal: los más jóvenes suelen presentar más problemas de conductas higiénicas inapropiadas, los machos «enteros» manifiestan problemas con el marcaje, los gatos persas suelen ser más «reacios» al buen uso de las bandejas de lecho absorbente… la edad, el sexo, la raza… han de ser tenidos en cuenta.
- Historia: el veterinario especialista en comportamiento no es un «cotilla profesional», un ser que desee saber todo por puro vicio… Son normales las tomas de datos de larga duración para que no se escape ni un fleco… El etólogo no es un doctor House obsesionado por rebuscar en la basura y en los armarios de sus pacientes, pero, a su manera, ha de conocer hasta el último detalle. Es muy importante que todas las personas que viven con el animal, todas, den su punto de vista y respondan a las preguntas del profesional.
- ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo?: es muy importante que podamos responder de forma clara y precisa a estas y otras preguntas sobre el problema de comportamiento del gato… Muchas veces no somos concretos en las respuestas… por ejemplo… estamos locos con el terrible olor de nuestro macho «entero», olor que inunda la casa y arremete nuestra pituitaria… pero la respuesta a dónde marca el animal suele ser: ¡¡por toda la casa!!… Eso es imposible… lo más seguro es que el animal marque una sola zona, o a lo sumo un par de ellas… Tenemos que concretar, si no lo hacemos es difícil solucionar el problema.
- Examen físico: tras la recolección de datos, el profesional descartará una patología orgánica como causa del problema mediante la realización de todas las valoraciones y pruebas diagnósticas necesarias.
- Diagnóstico pronóstico: con todos los datos se pondrá «nombre y
apellidos» a los problemas; a partir de ese momento estamos en el
camino directo a la solución. El pronóstico es muy importante para
los propietarios, es lógico que quieran saber si es posible que el
problema se solucione, cuánto tiempo puede durar el proceso (deben
tener claro que no existen «milagros» en 24 horas), qué es lo que
se tienen que hacer… El tiempo dependerá, en muchos casos, de la
implicación de los propietarios, de que sigan al pie de la letra
las recomendaciones del profesional, olvidándose de «sus ideas» y
de los «consejos de presuntos expertos». El pronóstico del problema
dependerá de:
- El animal de compañía.
- El o los propietarios.
- El entorno del animal.
- El tipo de problema de comportamiento y su alcance.
- la capacidad del profesional (diagnóstico, comunicación con los propietarios, implementación, manejo y control del tratamiento).
- La capacidad del propietario para aplicar las terapias adecuadas.
Y tener claro todo lo comentado.