Miedos
No sólo los seres humanos podemos sentir miedo; los animales de compañía, y en este caso concreto los gatos, también pueden padecer miedos y fobias.
Son muchas las causas originarias de estas situaciones, unas son innatas, como el miedo a los predadores, miedo que permite al animal estar alerta y poder escapar, o enfrentarse a otro animal que puede llegar a infligirle algún daño.
Por otra parte, el miedo puede ser debido a un temperamento heredado, a una incorrecta socialización con el hombre y reto de animales, a experiencias desagradables o a una combinación de varios de los factores anteriormente comentados.
La presentación del miedo en los animales lleva asociados dos componentes:
- Fisiológico: el miedo provoca la activación de varios sistemas (por ejemplo: neuroendocrino) que actúan sobre el sistema cardiovascular, en la dilatación-contracción de las pupilas, en el erizamiento del pelo…
- Conductual: la conducta que un animal expresa cuando siente miedo depende de la especie la que pertenezca, de la raza, de un claro componente individual, del aprendizaje y de las experiencias, y finalmente del tipo y de la intensidad del estímulo.
Cuando un animal siente miedo, lo más frecuente es que se produzca una conducta de huida o de evasión; cuando la experiencia desagradable, origen del miedo del animal, provoca una reacción directa de consuelo por parte del propietario, la conducta de miedo se verá reforzada, el problema no tendrá una sencilla solución…
Si el gato expresa miedo ante una persona, un animal o determinada situación, y el propietario castiga, reprende o pega al animal… sólo se conseguirá más miedo y ansiedad.
Por todo ello, si un gato presenta miedo, la forma de actuar, para resolver el problema, debe ser valorada por un veterinario especializado en comportamiento.