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Mark corre pegado a la pared. Sabe que detrás de él están Kurt y Aidan, y tiene la vista fija en los tres cadáveres que corren detrás de Brad, Zoe y Dolores, pendiente de ellos porque si alguno gira la cabeza y le ve probablemente cambie de trayectoria para ir a por ellos, y entonces Mark tendría que esquivarles.
Lo que ocurre es algo que no esperaba. Brad embiste a Zoe. La recepcionista se estrella contra la pared y cae al suelo. Después, Brad agarra a Dolores y tira de ella hacia un callejón. Los muertos, como es obvio, se lanzan hacia la presa fácil. Zoe grita, tratando de levantarse y apartarse. La chica intenta escurrirse pegándose a la pared y lanzando una patada. Consigue derribar a uno de los muertos, pero los otros dos la enganchan y se inclinan sobre ella.
Mark se maldice por dentro por ir a hacer lo que va a hacer.
Extiende las manos hacia delante y se lanza contra los hombres que agarran a Zoe. El choque es fuerte, y los tres caen al suelo. La pierna de uno de ellos le golpea en la boca, y Mark siente cómo se parte su labio y el sabor cobrizo de la sangre le llena la boca. Intenta levantarse de nuevo, aterrorizado de que una de esas manos se cierre sobre sus tobillos o sus brazos. Al levantar la cara ve que uno de los hombres ha caído junto a él y trata de revolverse para agarrarle. Mark grita, intenta echarse hacia atrás, el hombre se abalanza hacia él y de repente, su cabeza parece estallar en pedazos.
Mark logra levantarse. Aidan está recargando la escopeta, parado en medio de la acera. Zoe ha echado a correr, y los dos zombis restantes se lanzan hacia Mark. Intenta esquivarles echándose a un lado. Uno de ellos logra agarrarle de la camisa y varios botones saltan despedidos. Mark le golpea el brazo una y otra vez. Tratando de liberarse. Entonces Aidan coloca el cañón de la escopeta a unos centímetros de la cabeza del hombre y aprieta el gatillo. Mark alcanza a cerrar los ojos antes de que le salpique toda la sangre. El segundo de los zombis se ha girado de nuevo hacia ellos. Aidan le dispara en la cara.
—Joder, gracias —murmura Mark.
Aidan asiente y señala hacia atrás. Mark mira. Jason está a punto de alcanzarles. Unos pasos por detrás, con el hacha en la mano derecha, Terence. Persiguiéndoles, cuatro o cinco zombis se encuentran más adelantados. Son la cabeza de una muchedumbre que llena la calle. Ve multitud de bocas abiertas, rostros heridos y mutilados, cuerpos parcialmente devorados. Todos corren en su dirección.
—Joder.
Mark se da la vuelta y corre. Jamás había chillado con tanta fuerza en su vida. Jamás había tenido tanto miedo.