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Durante su discurso de recapitulación ante el jurado, Edith Leighton dijo:
—Mi corazón no concibe duda alguna de que considerarán a Richard Devon no culpable por causa de posesión demoníaca. Pero quedan aún algunas preguntas que valdría la pena que todos respondiéramos esta noche, aunque sea tarde y estemos todos muy cansados.
»Mientras existan hombres perversos que abandonen este mundo para vivir en la Noche Infinita, seguirá existiendo la posibilidad de que el mal se reencarne en seres humanos. ¿Hay algún remedio para combatir este mal?
»La posibilidad del pecado y del error es inherente a, e inseparable de, la vida misma. El pecador que en último término se redime a sí mismo gasta más fuerza de carácter y más capacidad para el bien que el obediente. En ello reside nuestra mayor gloria, a la vez que un peligro evidente y real. Este poder es lo más precioso que conocemos en nuestra vida: la determinación de ser dueños de nosotros mismos. Con él, constituimos una fuerza que derrota a las tinieblas. Sin él, estamos condenados.
»Richard ha sufrido mucho por el asesinato de Karyn Vale: mediante su poder, señores, se recuperará poco a poco y se librará de su culpa paralizadora. Mediante su veredicto sobre su vida, Richard obtendrá la oportunidad de volver a ser un hombre íntegro.