Es por tanto que, acorde a lo que expongo,
asumo mis errores y mi imperfección. Asumo decisiones y actos
erróneos pero también decisiones acertadas. También que hay cosas
que no controlo, que llegan de repente, cambian la vida de una y
hacen temer por todo. Y esas cosas yo no las he elegido, vienen,
mandadas o por ese alguien/algo, por separación de las partes que
deben estar unidas o simplemente, por azar y estadística. Vengan
como vengan, lo mejor es afrontarlas, intentar manejarlas en la
manera en que estén en las manos de una y rezar a ese alguien/algo
para que todo vaya bien. Me lo puedo tomar como un castigo,
entonces me preguntaré, ¿y aquéllas personas que jamás reciben
uno?¿Están por encima de cualquier gracia divina?
No soy perfecta, nunca lo pensé. Así que el mundo y la vida tampoco lo es y sea cual sea el desenlace, solo le echaré en una cuarta parte (o menos) la culpa al destino. Pues no está solo en la feria de factores.