EN EL FINAL, ÍTACA
El sábado una persona a la que le voy cogiendo cariño (¡animalico! Si es que se les coge cariño…) me pasaba en relación a la lectura de un libro y las conclusiones relacionadas este poema. Al leerlo sabía de antemano el contexto por todos conocido, la Odisea, el caso es que yo le vi un sentido y significado distintos al que se supone se le otorga por los entendidos. Y cada vez que más lo leo, más me convenzo.
Mi querido amigo me “escribe sobre ello” y eso voy a hacer. No obstante, darle las gracias por despertar mi curiosidad intelectual y saber más que yo, lo que realmente me fascina. Gracias.
No esperen un análisis exhaustivo y correcto, no es a lo que me dedico. Intentaré hacerlo lo mejor que pueda y acorde a ciertas normas o reglas que le son inherentes (al análisis, digo). Así que lean, disfruten y comprueben si puedo estar en lo cierto. Gracias de antemano.
ÍTACA
Cuando emprendas tu
viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los
lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu
camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu
cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los
cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea
largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia