Mariel:

Debes de estar enojada. De seguro llevas horas aquí sin poder verme y supongo que ya te enteraste que hay una gran posibilidad de que algo suceda durante la operación. Te pido que respetes mi decisión y que no me guardes rencor por no poder despedirme en persona de ustedes, pero espero que entiendas que es realmente difícil pensar en decirles adiós y no soltarme a llorar. Y no puedo irme sin decirte algunas cosas; Sé que has mantenido contacto con Diego desde que se fue y seguramente le has avisado sobre mi situación. No estoy molesta. Respeto que sigas con esa pequeña amistad y de hecho te agradezco que lo hayas llamado para ponerlo al tanto, porque no quisiera morirme sin que él lo supiera.

Ahora, hace años, cuando les presenté a Carlos, yo sabía que él estaba enamorado de ti, pero le expliqué tu situación. Le conté sobre Emilio y todo lo que sufriste, por lo tanto, le dije que tomara las cosas con calma. Cuando por fin se hicieron novios, fui muy feliz;  a pesar de que lo hiciste esperar durante años. Conforme su noviazgo avanzaba, en mí despertaban los celos, no porque me sintiera atraía por Carlos, sino porque envidiaba su relación. Tu historia con él es maravillosa: Tú fuiste su primer amor y te pidió matrimonio en el puente de los enamorados en París, siempre que puede te dice lo mucho que te ama…, y a pesar de todas las discusiones y malos entendidos que tuvieron, ambos se casaron con el amor de su vida.

Supongo que sabes que te quiero demasiado y que pase lo que pase, siempre voy a estar contigo. Voy a cuidar de ti, de Carlos y del pequeño Santiago.

Siempre me cuidaste y me diste consejos como si fueras mi mamá, y te quiero dar las gracias por todas esas cosas maravillosas que hiciste por mí. 

La verdad es que ya no sé que más poner para rellenar la hoja. Esto no tiene sentido, ya estoy llorando y aún no escribo la carta para Sofí. Pero una cosa que sí voy a pedirte, es que cuando nuestros hijos crezcan, me hagas el favor de contarles sobre todas esas locuras que hicimos de jóvenes y procura que no comentan nuestros mismos errores.

Sé que es absurdo lo que te pediré, pero no me olvides. También sé que no lo harás, pero quiero asegurarme. Te voy a extrañar.

Te quiero. Gracias por todo.

Andy.